Caza una auténtica bestia en forma de jabalí
Ayer por la noche un cazador palentino consiguió abatir un enorme jabalí con unos colmillos extraordinarios. La báscula de 140 kilos se quedó pequeña. Y cuenta a Club de Caza cómo fue el apasionante lance.
Los cazadores de Dueñas, al sur de la ciudad de Palencia, no están acostumbrados a enfrentarse a jabalíes que conjuguen de manera tan bestial un tamaño enorme con unos colmillos tan largos y anchos. Por eso entendemos la emoción de Artemio Bravo Martín, un esperista de 44 años, cuando descubrió la magnitud de las navajas de este gran y canoso macareno.
Pasión por la caza del jabalí
La redacción de Club de Caza se ha puesto en contacto con el orgulloso cazador. Le pillamos saliendo de trabajar. Su turno comenzó a las 5 de la madrugada. Pocas horas tenía para dormir después de la espera, pero menos ha conseguido conciliar el sueño debido a la excitación tras haber vivido la noche con la que llevaba soñando muchos años.
Artemio se enamoró de la espera como modalidad de caza en el año 2010. Desde entonces su forma de cazar es esta. El monte y él en una pugna contra la astucia de los jabalíes. Y ahí está siempre cuando los agricultores de la zona requieren de su ayuda para controlar las cada vez más elevadas poblaciones de cochinos en las siembras de su Dueñas.
Una espera por daños a los maizales
Este es precisamente el principio de esta historia. Unos cultivos de maíz muy castigados por las piaras de cochinos. Incomprensiblemente, la Administración no les otorgaba permisos para realizar esperas… Hasta este año.
Fue cuando Artemio y su inseparable primo Noel se pusieron manos a la obra. Comenzaron a rastrear la zona para localizar las zonas de acceso de los jabalíes. Pistearon las huellas y así comenzaron a esperarlos.
Artemio con su primo Noel hace unas horas, cuando lograron abatir el gigantesco jabalí. Esta mañana Artemio ha hecho más fotos junto al gran jabalí cazado anoche.
Una bestia plateada
El pasado domingo fueron por la mañana. Pero no hubo suerte, así que quedaron para repetir por la noche. Tras un rato apostados, vieron cómo salían 5 corzos a la siembra. Poco después escucharon el chascar de una rama. Esto les hizo ponerse en guardia. Poco después dos chasquidos más fuertes volvieron a romper el silencio de la noche. Eran las 21,20 horas.
En ese momento, el gran jabalí dio la cara. Artemio distinguía un bulto grisáceo en la distancia. Esto le hizo dudar, como nos explica: “Cuando un jabalí se mueve en la noche, puedes distinguir un bulto oscuro. Pero esta era claro, casi blanco, lo que me hizo dudar”.
Entonces, la gran mole se volvió a ocultar para salir más adelante, más cerca de los cazadores. Artemio nos dice emocionado que el bulto se había multiplicado por 15. “Entonces le dije a mi primo que encendiera la linterna y lo iluminase. Fue cuando lo vimos perfectamente. Todo pasó en un segundo: el jabalí se quedó inmóvil cuando lo iluminó y yo disparé mi Mannlicher calibre .300 WM. Y el jabalí seguía sin moverse. Hasta que acusó la bala Norma Tip Strike de 170 grains y cayó hacia un lado. Cuando nos acercamos, grabamos el momento, y podéis ver la emoción que me invadió”.
Un animal enorme
El viejo jabalí era un experimentado animal con unas navajas de más de 3 centímetros de ancho y, según nos cuenta el cazador, más de seis dedos de longitud. Anoche lo intentaron pesar, pero la romana que tienen ‘solo’ alcanza 140 kilos. El jabalí la forzaba muy por encima de esta capacidad.
Artemio lo llevará hoy mismo al taxidermista para conservar el recuerdo de un animal y un lance inolvidables. Será medalla de oro sobradamente.