El verdadero ladrón de manzanas es un gran jabalí
Un cazador graba a un jabalí alimentándose de los jugosos frutos de un manzano. No es la primera ocasión que lo había visto bajo los árboles frutales, y esta vez decidió grabar una prueba del robo.
El jabalí engulle un gran número de la fruta caída en pocos minutos. Su voracidad es insaciable. De ahí su tamaño, que supera con creces los 100 kilos de peso a tenor de las imágenes.
Un jabalí que roba manzanas
Las imágenes fueron grabadas ayer por la tarde, a las 20 horas, por el cazador asturiano Daniel Cepedal, nacido en Felguera, parroquia del concejo asturiano de Langreo, y afincado actualmente en Langreo, capital del concejo del mismo nombre de la comunidad autónoma del Principado de Asturias.
Daniel, amante de la naturaleza y de la observación de la fauna salvaje, conocedor de las asiduas visitas de los jabalíes a unos manzanos situados en Santa Bárbara, parroquia del concejo de San Martín del Rey Aurelio, decidió realizar una espera por el simple placer de ver a los cochinos a corta distancia alimentándose de los frutos. Su paciencia obtuvo su premio y tuvo la suerte de grabar a un gran macho con boca.
Los jabalíes son animales de alimentación omnívora, pero preferentemente vegetariana, capaces de comer casi todo lo que encuentran a su paso, desde pequeños mamíferos, aves y sus huevos, reptiles, anfibios, incluso peces y carroña, bulbos, raíces, cereales cultivados, frutos como bellotas, castañas, almendras, olivas o, en este caso, manzanas.
Un ciervo derriba con sus astas las manzanas de un árbol
Los jabalíes no son los únicos animales silvestres en aprovechar el maná en forma de manzanas caído de los árboles en esta época del año. Los ciervos también se alimentan de estas llegando a derribar los frutos agitando las ramas del árbol con sus astas y elevándose sobre sus extremidades traseras si es necesario para lograr su objetivo.
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Un gran jabalí se alimenta de almendras
Hace escasas fechas, Club de Caza publicó un artículo en el que se podía ver a un jabalí de cuerpo mediano, pero con unas impresionantes defensas alimentándose de almendras. No se limitó a comerse los frutos caídos en el suelo. Al acabarse estos no dudo en ponerse en pie sobre sus patas traseras para alcanzarlos en las ramas del árbol y así poder seguir disfrutando del manjar.
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Un oso pardo al que le encantan las ciruelas
No sólo de manzanas y almendras se alimenta la fauna silvestre. En agosto del año 2020 un vecino del pueblo leonés de Orallo, cansado de que desaparecieran las ciruelas de un huerto de su propiedad anexo a su vivienda pudo ver finalmente una mañana desde su ventana al culpable. Se trataba de un oso pardo.
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