Caza un viejo jabalí con un colmillo de récord
Abate un astuto y viejo jabalí en el ocaso de su vida después de más de un año tras su pista. Las marcas de su cuerpo, plagado de cicatrices, el deterioro de sus amoladeras y la longitud de sus colmillos delatan su avanzada edad.
El cazador necesitó realizar decenas de aguardos y más de 8 horas de espera en el último de ellos, el definitivo. El gran jabalí siempre detectaba su presencia cuando lo esperaba a ras de suelo, pero todo cambió la noche en la que el astuto esperista se ubicó en una torreta desmontable que había fabricado con sus propias manos.
Descomunal colmillo que luce este gran jabalí.
Un año de esperas para abatir el decano de los jabalíes de la zona
Dos cazadores argentinos de Santiago del Estero, una de las 23 provincias que integran la República Argentina, ubicada al norte del país en la región del Norte Grande Argentino, detectaron las imponentes huellas de un jabalí hace un año en su acotado. Desde ese día, abatirlo se convirtió para ellos en un desafío. Gerardo Bernis y Arnaldo Ariel por fin lograron abatirlo hace solo dos días, en la madrugada del lunes 27 de septiembre,.
El cazador posa junto al impresionante jabalí abatido en Argentina.
La astucia del esperista le permitió abatir el jabalí
Después de múltiples e infructuosos aguardos en los que siempre detectaba su presencia y nunca se dejaba ver, decidieron probar suerte fabricando una torreta desmontable de 3,5 metros de altura. Necesitaron varios días para terminarla. Una vez finalizado el trabajo, la mañana del lunes, bien temprano la montaron en las cercanías de una baña en la que habían visto varios días las pisadas del solitario.
Esa misma tarde, a las 18 horas, Gerardo y Arnaldo se subieron en su atalaya. Durante la noche ningún otro cochino visitó el agua. Únicamente pudieron ver varias liebres, zorros y pecaríes. Este hecho les hizo pensar que el viento no era el adecuado.
El colmillo derecho de este jabalí estaba roto.
Más de 8 horas de espera para abatir el jabalí
A pesar de ello, decidieron esperar. Su paciencia y su fe obtuvieron su premio. A las 2:20 horas pudieron oír perfectamente el crujir de una rama, quebrada por el peso de un gran animal. A ambos se les iban a salir los ojos de las órbitas mirando hacia la charca para intentar ver si se trataba del viejo jabalí que buscaban. Gerardo, pese a la ausencia de luna, lo vio semioculto bajo un árbol, a 30 metros de la charca y a 90 de la torreta.
Contuvo la respiración. Después de un año, por fin había podido ver al macareno. Sabía que únicamente tendría una oportunidad. Apretó suavemente el gatillo de su rifle Weatherby del calibre .300 Winchester Magnum. Nada más impactar la bala en el codillo del viejo jabalí, corrió 10 metros hasta derrumbarse.
Es el mayor cochino que ha abatido Gerardo en 15 años cazando a la espera en Argentina.
El colmillo izquierdo de este jabalí es larguísimo.
El inexorable paso del tiempo se reflejaba en su cuerpo y en su boca
El animal estaba extremadamente delgado. No pesaba más de 100 kilos pese a su impresionante tamaño. Sus amoladeras estaban totalmente destrozadas. Los colmillos eran gruesos. Ambos midieron 2,3 centímetros de diámetro. La navaja derecha tenía únicamente 8 centímetros en el exterior de la mandíbula al estar despuntada, mientras que la izquierda, muy desgastada pero en perfecto estado, medía 14,5.
El esperista, dado el esfuerzo y el número de horas que tuvo que dedicar para abatirlo, ha decidido inmortalizar el animal naturalizando su cuerpo completo.
El gran jabalí fue cazado el 27 de este mes de septiembre, hace solo dos días.
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Abate un astuto y viejo jabalí con su cuerpo plagado de cicatrices y sus colmillos destrozados
Los cazadores, que ya en varias ocasiones habían podido ver a este impresionante cochino en los sembrados, acudieron por enésima vez a la llamada de los agricultores debido a las pérdidas sufridas, más del 50 por ciento de la cosecha de maíz. Y por fin lograron abatirlo.
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