Galicia

Cazadores entre silveiras: sangrar es parte de la caza del jabalí en el corazón de la Ribera Sacra

Los cazadores deben adentrarse entre pinchos y púas hirientes para ayudar a sus perros en las duras y peligrosas batallas contra los jabalíes.


 caza de jabalíes Galicia zarzas y silvas
caza de jabalíes Galicia zarzas y silvas

Monteros con mayúsculas. No les importa pincharse ni sangrar. Club de Caza acude a la Ribera Sacra para conocer el trabajo de monteros y perros que cada jornada acuden a territorio del jabalí. No se trata de la típica zona de monte donde se dan batidas de jabalíes con facilidad, sino que, entre zarza y zarza, el paisaje se asemeja al de una hiriente jungla en la que es difícil entrar, pero más difícil aún es salir. Tiene una dificultad añadida, y es que los animales, lo conocen perfectamente, mientras que los cazadores deben abrirse paso entre las ‘mallas’ de silvas.

Entre zarzas

El video muestra cómo dos cazadores que batían el campo con sus perros tratan de adentrarse en unos impetuosos zarzales de gran altura y densidad mientras otro compañero graba lo que estaba sucediendo.

Los perros se adentran en la zarza tras el rastro de un jabalí y logran agarrarlo en su interior, por lo que los cazadores acuden a asistirlos.

Sin embargo, no resulta tan fácil entrar como los cazadores pensaban y, con sus cuchillos de remate trabajan para abrir calle, entrar y capturar al jabalí parado por los canes.

Coraje cazador

Estos videos hacen evidente el coraje y la valentía que gastan tanto estos cazadores como sus perros para batir este terreno.

Según ha explicado a la redacción de Club de Caza el cazador Iván Bruzos, “para cazar en tal zona se emplean perros de rastro. Estos inspeccionan la zona hasta que dan con los rastros que los llevan hasta los zarzales, y ahí se adentran en las zarzas para tratar de echar los jabalíes a los puestos”.


Entrar a los zarzales para encontrarse con los jabalíes

Si bien es complicado entrar en los zarzales, más complicado es salir y, sobre todo, cuando hay jabalíes dentro. Por eso, los cazadores no dudan en acudir a apoyar a sus perros y ayudarlos para evitar que reciban colmilladas en las batallas cuerpo a cuerpo con los cochinos.

El desencame del jabalí

Cuando los perros han seguido el rastro y los monteros llegan al lugar, no resulta nada fácil hacer que el jabalí salga del encame. Allí se siente seguro, incluso cuando es descubierto por perros y seres humanos. Sobre todo, los grandes ejemplares plantarán cara a sus acosadores.

En este vídeo vemos cómo los cazadores consiguen desencamar al jabalí.

Y, para eso, hay que lidiar con silvas y zarzas hirientes, con púas y pinchos que nada le tienen que envidiar a las plantas más peligrosas.

Pero, para estos cazadores gallegos, lo primero es la salud de sus perros. Unos pinchazos en los brazos, en las piernas o en el cuello acaban curando.

Un montero rompe monte para llegar al agarre del jabalí

El cazador escucha la ladra a parado. El jabalí comienza a gritar. Es la señal de que los perros han entrado al agarre. El tiempo es crucial para llegar antes de que algún perro resulte herido. Este monteiro lo sabe, y apura para romper las silvas y llegar junto a sus canes. Esto es un retrato perfecto del valor de estos cazadores, que anteponen la seguridad de sus perros a la suya propia.

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