Así crecen las perdices en nuestros campos
Gracias al trabajo de cazadores y Guardas de Caza, las poblaciones de perdiz roja autóctona goza de un buen estado de salud. Y estas imágenes lo demuestran.

Esta finca gaditana es un ejemplo de ello. En ella se cuida con esmero y se mima los 365 días del año a una de las joyas de la fauna ibérica.

Conejos también aprovechan las medidas de gestión llevadas a cabo por cazadores y guardas.
Un paraíso para las perdices rojas
Estudios científicos, como el publicado en la revista Proceedings of the Royal Society y llevado a cabo por investigadores de las universidades de Pisa (Italia) y Singapur, ha desvelado que el nivel de introgresión génica, es el movimiento de genes de una especie a otra a consecuencia de un proceso de hibridación interespecífica seguido de retrocruzamiento, con la perdiz chukar es menor del que en un principio se pensaba.

Esta madre de perdiz roja cuida cada día de sus polluelos en ete acotado andaluz.
El acotado de la provincia de Cádiz que gestiona el guarda rural Cristóbal García es una muestra del trabajo realizado por el colectivo cinegético en defensa de la perdiz roja autóctona. Unos ofrecen trabajo, a costa de sus bolsillos, y gestión, mientras otros la única opción que presentan es la prohibición de su caza, medida ilógica, incoherente y sin ninguna base científica.

Numeroso bando de perdigones ya volanderos en una imagen reciente en este coto andaluz.
Una única jornada de caza de perdices a lo largo de la temporada
En esta finca, la perdiz autóctona que puebla sus campos es cazada únicamente una vez al año, las temporadas que la cría lo permite, en la modalidad de ojeo. Se abate el número de perdices que previamente el Guarda ha estimado para no poner en peligro el futuro de la especie. En el caso que las poblaciones no sean óptimas, ese año simplemente se veda su caza.

Un baño de arena al caer la tarde para cumplir con la higiene diaria de estas perdices.
En las bellas imágenes que ha enviado el Guarda Rural de la finca a Club de Caza podemos ver los bandos de perdices salvajes que habitan sus montes y sus siembras. Bebederos y puntos de comida pueblan la extensión del coto para ayudar a las perdiganas en época de cría.
Todo esto existe gracias a cazadores y Guardas. ¿Qué ocurrirá con nuestra perdiz roja si prohíben alguna vez su caza como algunos pretenden?

Perdices en el rastrojo del coto.
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Una perdiz y sus pollos beben en un bebedero puesto allí por cazadores
El Guarda Rural de un coto gaditano nos envía estos preciosos vídeos en los que una perdiz lleva a sus polluelos a beber de un bebedero colocado por cazadores y mantenido por la guardería.
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Convertir una finca de caza en un pequeño oasis gracias a la gestión
Visitamos una finca de caza gaditana guardada por Cristóbal, un profesional que se desvive para llevar a cabo un modelo de gestión cinegética en la que un área castigado por las enfermedades que diezman la población de conejos encuentra un pequeño oasis.
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