De hecho, al tratarse de una zona protegida no está permitida su caza y por ello los agricultores afectados se ven impotentes para frenar su incidencia en los cultivos, lo que provoca importantes pérdidas de las que ninguna institución quiere hacerse cargo. Unos daños que están afectando principalmente a los cultivos de hortalizas, frutas y cítricos que quedan picoteadas por este córvido y resultan inservibles para su venta comercial.
Cabe destacar que la población de urracas ha crecido progresivamente en los últimos años hasta extenderse a la mayor parte de las comarcas de la Comunitat Valenciana, reproduciéndose rápidamente, ya que se trata de una especie que no tiene normalmente depredadores, por lo que su control poblacional de forma natural es prácticamente imposible, y que además se come los huevos y los polluelos de otras especies que no resultan dañinas para la agricultura.
De esta forma, en aquellos lugares donde hay cotos, y por ello se permite la caza, su población y daños son inferiores a los de la zona delimitada por el Parque Natural del Túria. Desde la Unió de Llauradors se insta a la Conselleria de Medio Ambiente a autorizar su caza, como ya se ha hecho en ocasiones anteriores, mediante el uso de cajas trampa para controlar su excesiva proliferación y evitar los numerosos daños causados a los agricultores de esta comarca.