Galgos

El podenco ‘quitaor’ en la caza de la liebre

La caza de liebres con galgos auxiliados por perros de la raza podenco es una modalidad poco conocida que se practica en la campiña andaluza.


 podenco quitaor caza liebre galgos
podenco quitaor caza liebre galgos

A los perros, podencos andaluces de talla grande o campaneros, que acompañan al galguero se les denomina podencos quitaores. El podenco busca y levanta a la rabona de su encame mientras los galgos se encargan de darle caza. Un binomio perfecto.

Galgos y podencos capturan liebres en el sur de España

El sobrenombre de quitaor se debe a que el podenco, una vez levantada la liebre de su cama, acompaña en la carrera a los galgos que han sido soltados de la traílla. Una vez capturado el lepórido por estos, el podenco quitaor cobra la pieza, imponiendo su carácter y su tesón para llevarla hasta las manos del galguero.

 podenco andaluz cobrando la liebre
podenco andaluz cobrando la liebre

Precioso podenco andaluz cobrando la liebre atrapada por los galgos.

Esta modalidad de caza que el cazador sevillano de La Luisiana, Benito Bermudo, lleva practicando más de 45 años, ha tomado especial relevancia en estos momentos, dada la gran dificultad para detectar la presencia de una liebre a lo largo de la jornada. A su vez, la participación del podenco es vital en los olivares ante la imposibilidad de ver la consecución del lance debido a que en determinadas ocasiones el galgo abandona la pieza entre los árboles, no permitiendo así su recuperación por parte del cazador.

Benito, que actualmente practica esta modalidad de caza junto a su hijo, también de nombre Benito, nos cuenta que a él se la transmitió su padre, Fernando.

Medio siglo prácticamente esta modalidad de caza minoritaria

En sus primeros pasos en la caza, hace ya medio siglo, ante la escasez de rabonas, su padre acompañaba a los galgos con un podenco andaluz de talla grande. Debido a la explosión demográfica de la liebre en su zona, hasta hace únicamente un lustro, se podían correr hasta más de 20 liebres al día, y esto derivó en que cayó en desuso esta modalidad de caza.

La aparición de la mixomatosis en la zona, que ha mermado notablemente el número de lepóridos, según el cazador en un 90%, ha provocado el resurgimiento de la modalidad. El cazador la practica cazando en mano junto a su hijo con un cupo que se ha autoimpuesto.

Podencos ‘quitaores’

Benito, que da a conocer en Club de Caza esta modalidad minoritaria, asegura que la participación de un perro dotado de un buen olfato y que esté acoplado a los galgos resulta vital. «Disfruto del lance tanto en la búsqueda de la pieza por parte del podenco como en la carrera del galgo».

El podenco debe estar adiestrado para cazar siempre a distancia de traílla. En ningún momento los galgos pierden de vista a su compañero de lances. Son conscientes que él es el encargado de levantar la liebre. Una vez salta el lepórido de su ocultación, el galguero, si ve que la liebre es apta, soltará a los canes de su sujeción. El podenco en todo momento acompañará a cierta distancia a los galgos en la persecución. Si la rabona es capturada, este la portará en la boca hasta las manos de su amo.

Benito actualmente posee un equipo formado por los podencos andaluces de talla grande Pantoja y Mirro, y tres galgos, Vela, Golondrina y Scar. Todos ellos forman un engranaje perfecto.

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El galgo y la liebre, un batallar de siglos

Ningún inglés vale tanto como un español, el galgo hispano es la respuesta ecológica a la liebre, pieza sobre cuya caza se ha articulado todo el desarrollo histórico de la raza, circunstancias que le han convertido en la mejor elección para cazar en aquellas topografías donde la llanura se impone.

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Espectacular video de caza con galgos desde dron

Tras ser detectada la liebre en su encame por parte de la amplia mano compuesta por caballistas y trailleros, comprueban que se trata de una liebre en perfecto estado y con un tamaño adecuado. Y se produce la emocionante suelta de los galgos.

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