El susto del caballo al curiosear una tortuga
Parece una gran roca, pero no lo es. Huele a algo raro, y el caballo se acerca a curiosear. El susto que se lleva no lo olvidará nunca.
Un perro y un caballo encuentran una gran tortuga en el prado. Allí comienzan a acercarse y olisquear el hallazgo. Lo que sucede a continuación ha arrancado las carcajadas de todos los que presencian las imágenes.
¿Cómo se defiende la tortuga de sus múltiples depredadores?
La capacidad de retraer el cuello hace que las tortugas encuentren una gran defensa ante depredadores mucho más rápidos que ellas. Muchas de las especies de tortuga son capaces de esconder la cabeza y las extremidades dentro de sus duros caparazones. Pero, ¿por qué desarrollaron esta capacidad? Un estudio desarrollado hace 4 años desveló que no se trata de un mecanismo de defensa. Al contrario, a capacidad de retraer el cuello respondería a una necesidad de lanzarlo hacia delante para cazar a sus presas. Con esto, consiguió un mecanismo de defensa adicional que les ha servido para salvar la vida durante miles de años.
El caparazón de las tortugas, una fortaleza
La queratina es el durísimo material que compone la concha de las tortugas. El caparazón es la parte superior, mientras la inferior se llama plastrón. Todo recubierto por placas de queratina, lo que lo convierte en algo muy duro. Imagina que tus uñas, también de queratina, tuvieran muchas más capas.
Ocultación y fuerte pico, la defensa de las tortugas
Si un animal curiosea demasiado en torno al caparazón de la tortuga, esta puede acudir a otro mecanismo de defensa. Su fuerte pico se cierra con una potencia sorprendente. De hecho, una tortuga aligator , una de las más espectaculares de cuantas existen, tiene una potencia de mordida de 80 kilos.
Es lo que vemos en las imágenes, en las que la tortuga proyecta su cuello e intenta morder al caballo para alejarlo de allí.