Rusia impulsa la protección del tigre

El comercio, transporte y posesión de especies en peligro será considerados un delito en virtud de la nueva legislación propuesta por el Kremlin.


La caza furtiva del tigre y la pérdida del hábitat son los mayores factores en la disminución de los tigres salvajes de este siglo, que ha visto como perdían el 97 % de sus poblaciones, incluyendo cuatro subespecies condenadas a la extinción. Es posible que la cifra de tigres salvajes se haya visto reducida a tan solo 3200 animales. En la actualidad, las leyes de la Federación Rusa, donde se encuentran muchos de los tigres que quedan en el mundo, sólo consideran como crimen la muerte real de un animal. Los furtivos cogidos con tigres muertos o sus despojos afirman en su mayoría que los habían encontrado muertos. Recientemente, un hombre fue encontrado en posesión de los restos de seis tigres, y otro con ocho pieles de tigre. Bajo la ley actual, esto solo podía castigarse con una multa insignificante. Según Igor Chestin, director general de WWF Rusia, este es un paso importante hacia la protección de los tigres y otras especies en peligro amenazadas por el comercio y la caza furtiva. La demanda de marfil, cuernos de rinoceronte y despojos de tigre en los mercados de consumo asiáticos está llevando a las poblaciones silvestres muy cerca de la extinción. Lo último que hemos visto en este negocio es la demanda de huesos de león procedente de los ranchos de caza sudafricanos. Rusia también ha anunciado pasos en el sentido de incrementar la protección del habitat de los tigres. Ha solicitado a la región de Primorsky, donde viven el 90% de los tigres rusos, que garantice que no realizará cortas de madera ni explotará comercialmente los bosques de las áreas regionales protegidas. A la administración regional también se le ha ordenado que impida la tala comercial en en el curso superior y medio del río Bikin. En la década de 1940, la caza había llevado al tigre de Amur al borde de la extinción, con menos de 40 ejemplares viviendo en libertad. La subespecie fue salvada cuando Rusia se convirtió en el primer país del mundo en otorgar plena protección al tigre. En 1980, la población del tigre de Amur había aumentado hasta casi los 500 ejemplares. Los continuos esfuerzos de conservación y la lucha contra el furtivismo han ayudado a mantener la población estable en torno a los 400 ejemplares. En 2010, el Gobierno ruso aprobó la Estrategia para la Conservación del Tigre, asumiendo el compromiso de duplicar el número de tigres salvajes para el año 2022 y en el endurecimiento de las penas para las personas que sean capturadas con productos de contrabando de tigres.
Comparte este artículo

Publicidad