Castellón

Su marido sufre un infarto y ella se hace cargo de la rehala

Hoy Club de Caza entrevista a la rehalera Loles Campos en el día de su cumpleaños. Y lo hacemos por tratarse de una auténtica heroína de la caza. Se hizo cargo de la rehala de perros de su marido en plena temporada de caza el día que este sufrió un infarto después de regresar de una montería.



La cazadora castellonense nacida en el municipio de Jérica situado en la comarca del Alto Palancia es un ejemplo a seguir en la vida y en la caza, ya que el amor que profesa a su marido, Clemente Aliaga, le hizo convertirse en rehala.

Rehalera de la noche al día

Loles no compartía la pasión por la caza con su pareja, propietario de la rehala Viver, compuesta por canes fruto del cruce de podencos y mastines. Pero un día se tuvo que hacer cargo de los perros de su pareja. Fue el 19 de diciembre del año 2017, cuando su marido estuvo más de un mes entre la vida y la muerte al sufrir un infarto después de regresar de una montería.

El rehalero permaneció 42 días hospitalizado, de los cuales 30 días estuvo en la unidad de cuidados intensivos al romperse la válvula mitral y tener que implantarle una válvula metálica.

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Momento en el que la rehalera entra al remate de un jabalí agarrado por sus perros.

El mismo día que enfermó el rehalero, se hizo cargo de la rehala

Nada más enfermar Clemente, Loles se hizo cargo de la rehala pese a tener que cuidar también de su hijo Clemente, de tan sólo siete años. Por la mañana alimentaba y cuidaba a los perros mientras que las tardes las pasaba en el hospital y cuidando a su hijo. No sólo se encargaba de los perros, sino que sin haber cazado en su vida obtuvo la licencia de rehala para poder cumplir los compromisos laborales de su esposo dirigiendo la rehala.

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Loles en plena acción trabajando con su rehala en una montería.

Remata dos jabalíes en la primera montería

Días más tarde, con Clemente aún en la UCI, asistió a su primera montería en la que tuvo que rematar dos jabalíes a cuchillo, un macho de 70 kilos y una jabalina de un peso similar. Cuando su marido se recuperó y pudo enterarse de lo sucedido, le dijo a Loles que repartiera sus perros entre varios rehaleros, a lo que ella respondió con rotundidad: «es tu sueño y yo voy a luchar porque no lo pierdas».

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La rehalera junto a su hijo Clemente, futuro de la rehala.

Creó su propia rehala

En noviembre del año 2018, el cazador, en honor a su esposa decidió cambiar el nombre de la rehala al de CL, iniciales de ambos. Lo que la rehalera no esperaba es el vínculo que iba a crear con los perros de la rehala y la pasión que la caza iba a desatar en su corazón. Hasta el punto de que formó su propia rehala, compuesta por podencos campaneros de talla grande.

Su línea de perros, de la que siente orgullosa, son fruto de un cruce inicial de dos podencos propiedad de Clemente, Machete y Paulina. Actualmente cuenta con más de 30 perros de esta raza y varios dogos argentinos y alanos españoles.

La rehalera tiene tal devoción por sus perros que en una ocasión se agarró a los pelos del lomo de un jabalí para rematarlo, ya que los canes no eran capaces de sujetarlo. El animal la arrastró por el suelo varios metros hasta que logró rematarlo.

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En su rehala, Loles cuenta con dogos argentinos y alanos españoles, aparte de campaneros.
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