¿Buitres o milanos? Así han dejado a este borrego tras un ataque
El ganadero se encontró así al animal, de escasas horas de vida, devorado por las aves, sin orejas y con un cráter en la pata. Estaba siendo devorado vivo.
Al recién nacido le arrancaron las orejas.
En la tarde de ayer, un joven ganadero de Talarrubias se encontraba en estas condiciones a un cordero recién nacido: atacado no se sabe si por buitres o por milanos, ya que había gran cantidad de ambos sobrevolando el cielo. El cordero herido estaba escondido en el campo mientras que a escasos metros se encontraba la madre con otro cordero recién nacido que, por suerte, no fueron atacados.
Un ataque espeluznante
El pequeño animal fue encontrado con graves heridas, hasta el punto en que había perdido las orejas y gran parte de una de las patas traseras. Había sido devorado vivo, ya que el pequeño aguantó a pesar de todo.
La herida de la pata, como se muestra en las imágenes, era espeluznante, hasta el punto en que se veían el hueso y lo que quedaba de músculo del animal…
Descontento del ganadero
Si ver imágenes así no son agradables para nadie, el enfado y la decepción del ganadero superan la realidad. El ganadero extremeño, Fran Metidieri, no daba crédito ante lo que veían sus ojos. Su enfado incrementaba a medida que veía cada vez más pájaros sobrevolar la finca. Cantidad de milanos se encontraban en la zona, además de los buitres que se dejan ver cada año…
Así quedó el pobre borrego tras el ataque de las aves.
Ecologismo protagonista
Otro factor que enfadaba al ganadero era el hecho de que el ataque se hubiese producido por la cantidad de pájaros que hay este año allí, ya que cada año sueltan cada vez más.
«Por si no teníamos bastante con los continuos ataques recibidos por las zorras, ahora también tenemos que aguantar que nos metan más animales que dificultan la profesión», añade Metidieri.
Además, ha contado a Club de Caza que no es negativo el hecho de que haya tanta diversidad de animales, sin embargo, si la situación se descontrola, considera que habrá que tomar medidas para controlar las poblaciones.
Alimentando alimañas
Dura imagen del estado del cordero recién nacido tras el ataque.
Por otro lado, el ganadero lamenta que además del sacrificio que supone trabajar de sol a sol para criar bien a los animales, el trabajo y el dinero que supone, hay que sumarle el gasto pagado por todos para que estos animales anden campando a sus anchas sin control.
«Estas sueltas de animales y el mantenimiento de los mismos lo pagamos todos, pero ¿quién me pagará a mi cada borrego que pierdo en estos ataques?».
Este gran ataque puede ser el primero de muchos, ya que la paridera acaba de comenzar y, para aves de esas características, atacar a un animal tan dócil es fácil. El problema lo tiene, por tanto, el ganadero, que no puede hacer absolutamente nada para remediarlo.