Iba a cazar un corzo y termina arriesgando su vida por salvarlo tras caer a un canal
Este es el doble papel del cazador que practica y entiende la caza pero que a su vez brinda a los animales toda la esperanza de vida que le sea posible incluso arriesgando su vida por él si es necesario
Un cazador y miembro de AEPES (Asociación Española de Perro de Sangre) se la jugó ayer durante el rescate de un corzo al que cinco minutos antes estaba haciendo una espera. Una paradoja que solo puede entender el cazador, quien con anhelo y paciencia prepara sus esperas con cautela, pero a la vez es capaz de jugarse el tipo para que un animal no muera en trágicas condiciones. Esto es así por personas como José Arriaga, un cazador que practica la actividad y al que le gusta cazar, no matar animales o ver como mueren en malas condiciones.
Trámites previos al rescate
El cazador se encontraba en Burgos practicando la modalidad que corresponde en estas fechas, la caza del corzo. Así, en la modalidad de rececho y dispuesto a cazar con su arco, a 600 metros encontraba un corzo al que, tras observar, decidió dejar por no parecer muy grande.
Lo curioso de esta noche son los distintos giros que fueron dando las intenciones en su transcurso.
A pesar de considerar que ese ejemplar no sería cazado al menos por él este año, pensó que como tenía que ir en la misma dirección en la que estaba el animal para poder llegar a su coche, le haría una entrada.
Por los pelos
Según ha informado el cazador, el animal se encontraba en una siembra a la que consiguió entrar camuflándose. Concretamente, el corzo se encontraba en unas choperas y justo cuando lo tenía a 40 metros, el animal lo localizó y echó a correr.
Iniciando así una arrancada se alejó tapándose de nuevo entre las choperas, lo que hizo que el cazador intentarse cortar su paso por el otro lado.
Seguidamente, cuando estaba a 50 metros de él, abrió el arco, pero el astuto animal, viendo lo que podría suceder huyó corriendo por la siembra y subiendo al camino.
José dejó de ver al corzo, pensando tras dejar de verlo que el animal habría dado un salto hacia el monte para esconderse allí.
Giro dramático de los acontecimientos
Siguiendo la ruta que tenía pensada, el cazador acudió a su coche tras cruzar la siembra cuando se encontró al animal nadando en el canal.
“A lo mejor fue por la presencia de mi coche que le cortó la entrada al monte y tras buscar otro camino y ser un corzo joven terminó cayendo en el canal y allí estaba nadando”, añadió el cazador.
Además, afirma que inició el rescate sin pensarlo porque sabía que en el canal no había ninguna rampa de salida para los animales, por lo que, si él no entraba en acción, su destino sería morir ahogado.
En uno primer momento intentó que el animal se acercase a él, pero además de que se asustaría de su presencia, la cantidad y la corriente del agua lo harían casi imposible.
Un rescate idóneo
Sin perder mucho más tiempo en tomar una decisión, José Arriaga decidió iniciar el rescate el animal mientras su compañero inmortalizaba el momento. “Me quité prismáticos, guantes y todo…” decía. El cazador se adentró en el canal pensando que llevaría menos corriente, por lo que en un primer momento es arrastrado por la misma. Así, se agarraba al hormigón para sujetarse ya que hacer pie era imposible.
Arrastrado por la corriente consigue cruzar al otro lado y además agarrar al corzo de una pata. Decidió girarlo para agarrarlo mejor y la corriente lo echó para atrás, algo que facilitó el rescate a José, ya que era su intención para que evitar que el animal lo agrediese con la cuerna durante el rescate.
Así, lo cogió del cuello tras agarrarlo y lo sacó del canal, con lo que el animal tardó segundos en huir de la zona.
Complicado, pero satisfactorio
El cazador que logró salvar al corzo afirma que el rescate era complicado, ya que debía agarrarse con una mano para que el agua no arrastrase a ambos.
Logró salir del canal aprovechando un momento en que consiguió hacer pie a pesar de que el agua lo empujar y consigue salir. A la dificultad del asunto hay que sumarle la temperatura tan fría del agua, ya que se trata de un coto ubicado en Burgos.
Cazador tenía que ser
Además de lo impresionantes que son las imágenes del rescate, hay que resaltar la paradoja de la situación.
“A pesar de todo muy contento, con la satisfacción de haber sacado al animalillo del agua porque iba a morir ahogado seguro, así que lo que es la caza, cinco minutos antes lo tenia en el visor del arco para capturarlo y después estar metido en el agua nadando con él para salvarlo. Una experiencia muy chula y muy contento, pero vamos, seguro que el 100% de lo que hubiera hecho la gente que conozco que caza.”
José, se disponía a dar caza al animal, de una forma respetuosa y adecuada, sin embargo, no podía permitir que el animal muriese ahogado, ya que no se trata de una muerte digna.
Con esto, en cuestión de cinco minutos pasó de observarlo en la cruceta de su visor a dejar todo para salvar su vida de una muerte lenta y dolorosa.
“Para otro día lo tendré por ahí por el monte, aunque a este ya no lo buscaré. Este corzo está indultado de por vida por mi parte”.
Inexplicable si no eres cazador
Esta es la realidad de la caza, de aquellas personas que practican cualquiera de las modalidades cinegéticas. Esto es una vez más el respeto del colectivo por el medio y sus animales.
Se trata realmente de una muestra más en la que se evidencia que la caza no es matar por matar, la caza es cazar, como su propio nombre indica, ya que, de no ser así, los cazadores dejarían morir a estos animales y no se jugarían la vida por salvárselos.