La verdad de la caza

Un cazador salva la vida de un perro perdido durante seis días y que había caído en una profunda grieta

Tuvo que utilizar sus manos, sus pies y un palo a modo de herramienta para cavar en la tierra y así facilitar la salida del animal de la oquedad, ya que por su peso era incapaz de sacarlo con la fuerza de sus brazos. EL perro llevaba casi una semana perdido.



El cazador, al que la propietaria de Pipa y su familia califican de héroe, es el rehalero jiennense afincado hace ya más de 45 años en Cataluña, Víctor Cabrera.

Un rehalero catalán apaisado de los perros de rastro

Es propietario de la rehala perros de rastro Víctor Cabrera, compuesta por canes de las razas porcelana, grifones, sabuesos españoles y astur cántabros. Para difundir la rehala y los perros de rastro en redes sociales ha creado, junto a su hijo una página en Instagram llamada Perros de Rastro Cabrera.

El rehalero es miembro de la Sociedad de Cazadores de Sant Pere de Ribes-Olivella, en la comarca del Garraf.


Víctor Cabrera, rehalero que rescató a la perra perdida, junto a su hijo.

Salió a buscar el perro perdido después de cuidar a su rehala

El cazador, el lunes por la mañana, después de cuidar sus perros, decidió dar un paseo por el campo alrededor de las instalaciones, que se encuentran situadas en el municipio barcelonés de Begas, dentro de la comarca del Bajo Llobregat. Su intención era buscar unos espárragos e intentar localizar al perro. Se trataba de una hembra de la raza labrador que había perdido Ana, la propietaria del terreno donde tiene a sus perros, hacía seis días.


La imagen de la perra fue difundida en redes sociales.

Seis días de intensa búsqueda

En Club de Caza, además de con el rehalero, hemos hablado con Ana, que el martes 30 de marzo, como cada día, decidió salir a pasear junto a sus cuatro perros, todos de la raza labrador retriever, por los aledaños de su propiedad. La tarde transcurrió con normalidad hasta el momento de regresar a casa, cuando dos de sus perros no acudían a sus llamadas. Pluto, uno de ellos, inseparable compañero de Pipa, apareció sólo cinco minutos después.

Al no aparecer la hembra, Ana se alarmó, ya que algo le decía en su interior que tenía que haberle ocurrido algún percance. Jamás había faltado cuando la llamaba. Permaneció en el campo hasta bien entrada la noche para intentar encontrarla, pero Pipa no aparecía por ninguna parte.

Familiares y amigos participaron en la búsqueda

Angustiada por la situación, volvió a casa con la única esperanza de encontrar a la perra por la mañana en la puerta. Pese a esto, decidió llamar a la Policía Local de Begas para notificar su pérdida y para preguntar si alguien había llevado un animal de esas características a las dependencias policiales.

Nada más amanecer, después de no poder dormir durante toda la noche, se asomó a la puerta de la vivienda, pero Pipa no estaba allí. Desesperada, decidió movilizar a su familia y amigos para iniciar un dispositivo de búsqueda.

Ella junto a varias amigas recorrieron los contornos montadas a caballo junto a dos de sus perros, mientras otra conocida se personó en la comisaría de la Policía Local para realizar la denuncia formal de pérdida del animal, notificando su respectivo número de microchip.

Su hijo realizó un cartel que fue difundido por diferentes redes sociales. Pese a sus grandes esfuerzos, la perra no aparecía por ninguna parte ni recibieron noticia alguna de ella.

Una llamada que le devolvió la vida

Los días transcurrían y Ana, junto a sus amigas y familia, continuaban buscando a la perra. El lunes por la mañana decidió ir a comprar algunos víveres para la semana en un supermercado cercano para luego continuar la búsqueda.

Pero su compra fue interrumpida por una llamada de Víctor, comunicándole que había encontrado a la perra viva en el interior de una grieta de más de 2,5 metros de profundidad con gran pendiente en sus paredes y 5 metros de largo, que además se encontraba cubierta de maleza. Allí había quedado atrapada la perra. Ana abandonó lo que estaba haciendo para auxiliar al cazador en el rescate.

Rescató a la perra cavando con sus propias manos

Mientras, Víctor, que pudo localizar a la perra gracias a su fino oído al escuchar sus lamentos, procedió a intentar sacarla de allí con los medios de los que disponía. En un primer instante, trató de sacarla a pulso agarrada por la piel del cuello, pero el pesado cuerpo del animal, de más de 40kilos, y el hecho de que en varias ocasiones amagó con moderle, le hizo desistir de su intención.

Por una zona de pendiente menos pronunciada por donde asomaba la perra la cabeza, pero que debido a su estrechez le imposibilitaba poder pasar su cuerpo, empezó a cavar con sus manos y con la ayuda de un palo. Durante más de 45 minutos, el cazador estuvo trabajando muy duro hasta que logró fabricar una pequeña rampa de tierra y agrandar el hueco lo suficiente para sacar a la perra con la ayuda de su cinturón, que utilizó a modo de correa.

Cuando pudo finalmente rescatar a Pipa y vio que se hallaba en buen estado de salud a pesar de haber estado en la grieta sin comida y agua durante seis días, no pudo contener su felicidad. La perra, por sus propios medios, fue llevaba por Víctor a una poza cercana para que pudiera beber.

Un momento que jamás podrán olvidar

Cuando el animal sacio su sed, se dirigió a la casa de Ana. Se encontraron a medio camino, entre el lugar del rescate y su vivienda. Mágico fue el instante cuando se vieron ambas. Pipa corrió hacia Ana que, entre lágrimas, la sujetaba entre sus brazos. Después de esto, se dirigió al rehalero abrazándolo emocionada.

Ana en la entrevista concedida a Club de Caza quiere agradecer a Víctor el hecho de que, gracias a él, Pipa, un miembro más de la familia, haya podido volver viva junto a ellos.

La perra se encuentra en buen estado de salud y ha recuperado algo del peso que había perdido durante los días de cautiverio. La Federación Catalana de Caza, por medio del delegado del Berguedà, Carlos Martínez, amigo del cazador, felicita al rehalero por el heroico rescate realizado, que ha permitido salvar la vida del perro y, además, ha vuelto a demostrar que los cazadores están ahí cuando más se les necesita.

Te interesa

Tres días sin parar hasta rescatar a su perra, tragada por la tierra

Un cazador rescata a su perra tras haber quedado sepultada más de tres días al haber entrado en una madriguera de zorros cuando cazaban conejos. Pero Ángel no desistió y no paró hasta que sacó a su perra de allí. Y nos cuenta cómo lo logró.

Pulsa en la imagen para saber más:

Desesperado rescate de su perro de caza tras caer en un profundo pozo

Un cazador andaluz se llevó ayer un buen susto al ver cómo su perro de caza caía a un poco muy profundo. Nada menos que 23 metros de caída. Sus compañeros de caza acudieron a su llamada de socorro y vivieron cinco horas de angustioso rescate.

Pulsa en la imagen para seguir leyendo:

Comparte este artículo

Publicidad