Caza de jabalíes con perros atraillados
Un joven traillero levanta de su encame cinco jabalíes que se encontraban ocultos entre las ramas secas de un árbol caído.
El perro de rastro que va sujeto de su mano por una larga cinta de color naranja delata el lugar de ocultación de los suidos que huyen ante los ladridos del can y la presencia del cazador.
Caza con perros de rastro
Esta modalidad de caza es practicada sobre todo en la zona norte de España en la que los cazadores auxiliados por perros de rastro de diferentes razas como pueden ser sabuesos, beagles, grifones o grandes azules de Gascuña siguen las emanaciones que han dejado los jabalíes en sus andanzas nocturnas gracias a sus excepcionales narices.
La jornada de caza comienza con la detección de las huellas que los cochinos han dejado durante la noche por las pistas de tierra que recorren la zona que se va a cazar para intentar detectar su presencia. Una vez localizados se ubican los cazadores que portan las armas de fuego rodeando la zona, normalmente no de una gran extensión.
Privilegiados olfatos
Los trailleros que se adentran en el monte junto a sus perros son los encargados de levantar los cochinos de sus encames gracias al gran trabajo que realizan los cánidos que son capaces de llevarlos al lugar en el que se encuentran ocultos los jabalíes siguiendo su rastro.
Los perros siguen los pasos de los cochinos delatando su presencia por medio de sus ladridos hasta el instante como en esta ocasión en el que son detectados y son levantados de su encame.
