Las encinas aisladas juegan un papel clave para la conservación

Investigadores del IREC han publicado un estudio que demuestra que las encinas aisladas juegan un papel clave para la conservación de la biodiversidad en los paisajes agropecuarios, como un importante refugio de poblaciones de insectos.


 Área de estudio en el municipio toledano de Huecas donde se está estudiando las consecuencias de la fragmentación de los encinares.
Área de estudio en el municipio toledano de Huecas donde se está estudiando las consecuencias de la fragmentación de los encinares.
La transformación secular del medio natural por parte del hombre ha provocado que muchas áreas de la Península Ibérica, cubiertas antaño por encinares, sean hoy extensos paisajes abiertos en los que pequeños bosquetes y encinas aisladas se dibujan entre pastos y cultivos. Muchas fincas de caza menor cuentan con estos árboles solitarios, en los que frecuentemente se ubican comederos y bebederos para especies cinegéticas como la Perdiz Roja Alectoris rufa. Además, en estos paisajes casi totalmente deforestados son los únicos substratos de nidificación para aves como la Paloma Torcaz Columba palumbus o la Tórtola Europea Streptopelia turtur. Como modelo de estudio se eligió al coleóptero Curculio elephas, que es un escarabajo que es el principal depredador de las bellotas de la encina Quercus ilex. La mayor parte del trabajo se llevó a cabo en la localidad toledana de Huecas y en menor medida en Bargas (Toledo) y Pueblo Nuevo del Bullaque (Ciudad Real). En todas las localidades se comparó el tamaño de la bellota entre manchas de bosque y árboles aislados, y se comprobó que en estos últimos fue en promedio mayor. La menor competencia con otros árboles y quizá el uso del terreno en las zonas cultivadas (arado, riego) incrementan la disponibilidad de recursos en estas encinas, que pueden invertir en producir semillas más grandes. El mayor tamaño de las bellotas favoreció a las larvas de Curculio elephas, que completaron su desarrollo con un tamaño mayor, sobrevivieron mejor al invierno y primavera y emergieron al año siguiente como adultos más grandes y con mayor fecundidad potencial. De hecho, se pudo comprobar que las encinas aisladas albergaban poblaciones muy numerosas de estos insectos. Estos resultados muestran que el aislamiento puede provocar una serie de cambios en los árboles aislados que acaben favoreciendo la eficacia biológica de los insectos forestales, y por tanto la permanencia a largo plazo de sus poblaciones. Del mismo modo, refuerzan la corriente conservacionista que destaca la importancia de estos árboles de medios abiertos. Estas encinas no sólo serán las fuentes de semillas a partir de las cuales se puede producir la regeneración natural futura del bosque en zonas agrícolas abandonadas, además, a partir de ellas se podrán restaurar en buena medida las comunidades de insectos forestales. El estudio, Efectos positivos en cadena de la fragmentación forestal en los gorgojos de las bellotas mediados por el aumento del tamaño de la semilla, ha sido llevado a cabo por los investigadores del grupo de investigación de la Biodiversidad Genética y Cultural del IREC: Raúl Bonal, Marisa Hernández y Joaquín Ortego, y por investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de la Autónoma de Barcelona( CREAF): Alberto Muñoz y Josep María Espelta. Referencia completa del artículo: Bonal R, Hernández M, Ortego J, Muñoz A and Espelta J. M. (2011) (en prensa) Positive cascade effects of forest fragmentation on acorn weevil fitness proxies mediated by seed size enlargement. Insect Conservation and Diversity. DOI: 10.1111/j.1752-4598.2011.00172.x
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