Galicia

Salva la vida de un potro que no podía mamar de su madre

La experiencia de este cazador y ganadero le dijo que algo extraño ocurría cuando oyó relinchar a una yegua de forma anómala en una parcela cercana a su vivienda.


 salva potro recién nacido
salva potro recién nacido

No lo dudó un instante y se dirigió al lugar a pesar de no ser un caballo de su propiedad. Club de Caza te cuenta todo lo que ocurrió.

Un extraño lamento

El sábado pasado, Sindo Martínez escuchó cómo una yegua relinchaba sin parar. Estaba en su casa del municipio pontevedrés de Arbo. Sindo es cazador, gran aficionado a la caza del conejo con podencos portugueses, y ganadero.

Enseguida salió de casa y se dirigió al lugar, a pesar de no tratarse de un caballo de su propiedad.

Una yegua recién parida

Cuando logró llegar al sitio de donde procedían los relinchos a modo de lamentos, logró ver que una yegua salvaje había parido en una parcela de pasto situada junto al bosque. Se trata de animales sin marcar y sin propietario que viven en libertad en los montes gallegos.

Pero la mala suerte llevó al potro a caer tras un muro cuando intentó incorporase para empezar a mamar de su madre.

El potro cayó al otro lado del muro

La yegua relinchaba ante la imposibilidad de poder cruzar el obstáculo que le impedía llegar al potro. El muro mide más de un metro y se encuentra en una pendiente impidiendo que la yegua era incapaz de saltar.

Al borde de la muerte

Sindo se encontró al potro con hipotermia debido a las bajas temperaturas y a la pertinaz lluvia que caía. El animal estaba tumbado en el suelo, agotado fruto de los numerosos intentos que había realizado para volver junto a su madre para poder mamar por primera vez.

No se podía poner en pie

El cazador cogió al potro entre sus brazos y lo depositó junto a su madre, pero el joven animal no podía ponerse de pie para poder alimentarse de ella. Había que actuar rápido para salvar su vida ya que bajaban las temperaturas y había caído la noche.

Fue a su casa por dos biberones de leche

Sindo se dirigió hacia su vivienda, cercana a la parcela, ya que vive junto al monte en la zona periférica del pueblo, para preparar unos biberones con leche en polvo que tenía para sus caballos.

Bien entrada la noche y provisto de una linterna, volvió al lugar para intentar salvar al potro. Comenzó a alimentarlo de forma artificial, dándole dos biberones que ingirió rápidamente ante la atenta mirada de su madre, que se encontraba a tres metros del cazador.

Logró que se recuperara

Después de engullir literalmente los dos biberones llenos de leche, pasados unos minutos y tras numerosos intentos, logró ponerse en pie, alejándose junto a su madre hacia un bosque cercano de tojo, pino y eucalipto.

Sindo no puede contener la alegría cada vez que ve al potro al que ha salvado la vida junto a su madre cada vez que sale al bosque, ya que frecuentan la zona cercana a su vivienda.

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