Cazador encuentra los restos de un ternero decapitado por los lobos

Así nos cuenta la historia el cazador que encontró la cabeza de un ternero que había sido atacado por los lobos en un pueblo de Lugo llamado Viveiro. «Me encontré la cabeza del ternero el otro día cuando iba de caza, y había otras partes del animal metidas en las zarzas…», cuenta para Club de Caza. De este modo, afirma que el lobo cada vez baja con mayor asiduidad a zonas próximas a la población para buscar comida fácil.

Una larga historia

Club de Caza ha contactado con el cazador que se encontró con semejante situación. Así, Juan Carlos Basanta, cuenta que, en la zona mencionada, siempre ha habido lobos que habitaban en zonas más altas del monte y que no se desplazaban de las mismas, pero que la situación se ha visto descontrolada desde hace unos años, los dos o tres últimos principalmente.

«Lo más problemático es que el lobo baja a comer», sostiene, «donde yo vivo ya han matado ovejas a 20 metros de las casas». Además, dice que el lobo en dicha zona «ha matado perros atados, ponis, todo esto a escasos metros de las casas. Ha matado tenernos como el que me encontré el otro día cuando iba de caza…».

Problemática del lobo

En el norte de España, la ganadería se ha visto azotada en los últimos tiempos por la presencia del lobo, pues como afirmaba Basanta, en la actualidad, el animal se deja ver con mayor facilidad, pues su objetivo es ir hasta aquellas zonas donde les sea más fácil encontrar comida.

Así, los ganaderos están siendo los principales afectados, pues en el relato Juan Carlos cuenta que, en el caso del municipio de Celeiro, otro ganadero perdía sobre 65 cabezas de ganado ovino por culpa de los asaltos de este animal.

Además, no es nada nuevo el hecho de que ganaderos con ganado ovino han sufrido cantidad de ataques en los que el lobo, o bien ha acabado con la vida de las ovejas o las ha dejado muy mal heridas.

¿Por qué este cambio en la alimentación?

Todo apunta a que, por facilidad, esta especie silvestre se desplaza a zonas en las que no debería estar para cazar presas de forma más sencilla, y las explotaciones ganaderas son ahora sus principales focos de acción.

Sin embargo, Basanta corrobora que los lobos, que siempre habían sido vistos en su coto, podrían perfectamente alimentarse de la gran población que hay de jabalíes, o bien de corzos como lo han hechos en otras ocasiones.

Sin embargo, esta acción es más difícil, porque el lobo debe acechar y buscar a estas presas con mayor astucia que si entra directamente en fincas con bastantes cabezas de ganado.

¿Existía antes el lobo en la zona?

Según el cazador, en su coto siempre ha habido lobos, pero no causaban molestias algunas y no se dejaban ver con facilidad. Sin embargo, en la actualidad, lo raro es no ver al lobo, pues como afirma, si no es visto por él mismo, es visto por cualquiera de los compañeros.

Además, aporta un dato curioso y es que, a escasos días, Juan Carlos pudo ver a cinco lobos a escasos metros de una urbanización.

¿Se asusta el lobo de la presencia del ser humano?

El cazador es muy sincero con el medio y afirma que él no quiere que se acabe con el lobo, pues es un animal que ha existido siempre y no tiene por qué dejar de existir, sin embargo, su presencia debería seguir siendo en las mismas zonas de siempre, en lugar de encontrarse en zonas tan próximas a la población.

Lo suyo es que siga teniendo miedo a las personas, dice.

Esto se debe a que, en una ocasión, varios lobos se cruzaron delante de su coche y cuando el cazador bajo del coche para gritarlos y asustarlos cuenta que los animales se lo quedaron mirando sin miedo alguno. «Supongo que los lobos de antes los gritarías y no les llegarían los pies para correr del miedo».

Además, Juan Carlos quiere hacer eco del problema por su miedo a los ataques que puedan sufrir las personas. Así, decía lo siguiente: «Supongo que a las personas no se tirarán, pero llegado el día no sé si a un niño pudieran llegar a hacerlo, porque lo ven pequeño e indefenso y además te están matando a animales domésticos y de compañía cuando para algunas personas, a los perros se los quiere a veces mucho más que a algunas personas».

¿Hacen algo las administraciones al respecto?

Como último punto, nos cuenta que existen ayudas y subvenciones para los perjudicados, pero resulta un proceso complicado, pues hay que aclarar y demostrar en cada caso, que el accidente sufrido deriva de la intervención del lobo.

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