El uso ilegal de veneno sigue siendo una lacra presente en nuestros campos y montañas. Desde el año 2004 se han detectado, en la Región de Murcia, más de 120 casos de uso ilegal de cebos envenenados que han acabado con la vida de más de 200 ejemplares de diferentes especies, algunas tan importantes como el águila-azor perdicera (catalogada como
En peligro de extinción en el catálogo de especies amenazadas), el buitre leonado, el águila real o el búho real, siendo el veneno una de las principales amenazas a las que se enfrenta la recuperación de estas y otras especies en peligro. No obstante, según los expertos, esto es sólo la punta del iceberg por lo que el número real de casos debería ser mucho mayor.
Además, no sólo se ve afectada la fauna protegida, multitud de especies cinegéticas y domésticas perecen cada año víctimas de estos tóxicos, incluidos numerosos perros de cazadores durante la práctica de la actividad cinegética. Del mismo modo, su uso conlleva graves riesgos para la salud pública, ya que la toxicidad de las sustancias empleadas es tal que uno de estos cebos colocado con el objetivo de eliminar fauna depredadora sería capaz de acabar con la vida de un niño que accidentalmente tuviera acceso al mismo.
Entre las causas citadas como probables de esta actividad prohibida se citaron, la proliferación de depredadores oportunistas, como zorros y perros asilvestrados y la amplia variedad y facilidad de adquisición de tóxicos para envenenar pues se trata de sustancias de uso legal en la mayoría de los casos.
Desde la Federación de Caza de la Región de Murcia
«se sigue manteniendo una postura de condena absoluta contra esta práctica delictiva que no sólo no nos beneficia sino que nos perjudica a todos, tanto al sector de la caza como al medio ambiente en general».