Menos de un mes y este Gobierno ha reconocido que la sociedad necesita a los cazadores

Apenas un mes y el Gobierno pide auxilio a las autonomías para que se cace el jabalí. No vamos a entrar a cuestionar las medidas puestas en marcha el pasado 15 de marzo. Pero lo que sí vamos a destacar es que, aunque parezca un lapso de tiempo reducido, los campos y montes españoles han estado abandonados por el Gobierno estas últimas cuatro semanas.


Los profesionales, Guardas, fuerzas de seguridad del Estado, los agricultores… han seguido al pie del cañón. Pero nadie en este Gobierno ha caído en la cuenta de que, si a los cientos de miles de cazadores de este país les cuesta muchísimas jornadas al cabo del año intentar mantener las densidades de jabalíes o conejos controladas, ¿cómo lo van a conseguir unos pocos elegidos? Y, en muchas zonas, a pesar de su esfuerzo y de su dinero, pagando de su bolsillo todo lo que acarrea acudir a las llamadas de auxilio de los agricultores, jabalíes y conejos continúan disparando sus cifras.

El campo necesita a los cazadores

Los agricultores lloran sobre sus siembras cada mañana al comprobar que los daños avanzan a pasos agigantados.

Las administraciones están desbordadas por las quejas de estos profesionales que trabajan, no lo olvidemos, para llevar a los mercados los alimentos que llenan nuestros platos.

Un mes. Treinta días han tardado en reaccionar. Y, aun así, aún tardarán más las administraciones en organizar que todo se ponga en marcha, cuando tan solo un día es crucial para que los que trabajan los campos no caigan en la ruina.

Un mes ha sido necesario para que se reconozca públicamente que la caza es una actividad esencial para el correcto funcionamiento de toda la sociedad. Esto aplasta los últimos y patéticos intentos de los descerebrados radicales que intentaban aprovechar de manera deleznable la situación por la que atravesamos para atacar a la actividad cinegética.

¿Y la protección para los cazadores?

Cuando Castilla-La Mancha hizo público que permitiría a los agricultores y profesionales, así como a los cazadores elegidos por estos, a que cacen esos conejos que no están dejando crecer un tallo verde, un cazador albaceteño me llamaba la atención preguntándome: «¿Tendremos que llevar EPIs? Si faltan en los hospitales, ¿cómo vamos a conseguirlos?».

Se refería al apartado tercero de la Resolución de la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad, por la que se declara como comarca de emergencia cinegética temporal por daños de conejo de monte, la definida por varios términos municipales de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo:

-«Extremar la higiene personal —lavado frecuente de manos—, de los equipos de trabajo y transporte, y un correcto uso de los Equipos de Protección Individual (EPIs) siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias».

¿El Gobierno o la Administración Autonómica dotará a los cazadores de estas EPIs para que acudan a realizar una labor, de manera desinteresada y por ayudar a la sociedad?

Compañeros, cuando os permitan acudir en ayuda de los agricultores, no os lo penséis. Pero tomad todas las precauciones posibles. Exigid esas medidas de protección.

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