The carpenter´s dream

¿Se imaginan una respetuosa parodia de aquel popular discurso de Martin Luther King en agosto de 1963, en Washington, llevado al mundo de la caza? ‘I Have a Dream’, un sueño, un mero sueño, que es lo único que a los cazadores nos queda ya como esperanza de que nuestro peculiar mundillo mejore, o por lo menos sobreviva, solucionando toda esa cadena de problemas que nos azotan y que podríamos ir enumerando, igual que en aquel discurso fue haciendo Martin Luther King.


Pero como los problemas no hace falta enumerarlos, pues de eso ya se encargan quienes pretenden abanderarnos para solucionarlos, centraremos mejor nuestra parodia en las vías puestas en marcha para atajarlos. En esas que los mentados abanderados, haciendo gala de lo que suponemos debe ser un complejo psicológico de carpinteros, han iniciado mediante una nueva moda, organizándose en forma de mesas, en las que sentando, de nuevo, a los mismos que rutinariamente han participado en fracasadas organizaciones con el mismo fin —¿les suena eso de los mismos perros con distintos collares?— pretenden crear entre los cazadores nuevas expectativas e ilusiones, que más podríamos catalogar, por lo inalcanzables que parecen, de… sueños. Así, hace ahora más o menos un año, se creó la Mesa de la Rehala y la Montería Española, que tras afrontar con intentos de negociación un problema que iba a paralizar el mundo montero, se organizó hasta en las redes sociales para intentar movilizar a los cazadores en una manifestación el 13 de septiembre. A pesar del no excesivo apoyo obtenido, el mundo de la montería y la rehala continúa, posiblemente con más vida que la de aquella mesa, que tras la manifestación ha vuelto a tener actividad en sus redes hasta este verano… con una única y desamparada publicación en octubre pasado. Agotador trabajo, por lo menos de comunicación. Hace también un año, a finales de agosto, se constituía la Mesa Andaluza en Defensa de la Caza como protesta por los problemas que, sobre todo con el silvestrismo, tenían los cazadores andaluces. Tras la manifestación organizada en Sevilla un mes después, más multitudinaria que la de Madrid, la Mesa siempre se ha mostrado optimista con los cambios en la postura de la administración, su predisposición y promesas. Pero resultados concretos y palpables, ¿cuáles? Fue esa Mesa Andaluza en Defensa de la Caza la que animó a que en ese mismo octubre, el día 16 en concreto, mientras la Mesa de la Rehala y la Montería Española languidecía subiendo su última publicación en Facebook, se crease en el seno de la Real Federación Española de Caza una nueva mesa, la Mesa Nacional en Defensa del Silvestrismo. ¿Alguien tiene noticias de esta mesa después de la publicación de la oportuna nota con foto incluida sobre su constitución? Allí mismo se debió de romper, fallándole posiblemente alguna pata… o más de una. ¿O sería mala la madera? Vaya usted a saber. Este verano ha sido fructífero en la fabricación, sumándose dos nuevas mesas a la producción. El 14 de julio quedaba fabricada —bueno, venga… constituida— la Mesa Extremeña en Defensa de la Caza. Unos días después se daba a conocer, aunque ya estaba constituida desde el mes de junio, la Mesa Gallega de la Caza, que aunque de nombre similar, aparecía siguiendo otros criterios y creándose ajena al amparo de la federación territorial, precisamente como crítica a la poca efectividad que, según entidades de aquella comunidad, ésta tiene de cara a la caza y los problemas de los cazadores. Ambas se han debido marchar de vacaciones tras su presentación, por lo que poco se puede valorar su futuro aunque, se intuye, llevarán caminos distintos, posiblemente opuestos, a la hora de actuar. Con todo, en este sueño al que nos invitan a los ingenuos cazadores, no nos quedará más remedio que plantearnos si lo que con esta carpintería al final se montará es un Merkamueble para rentabilizar tanta mesa, o dudar de si lo que se busca es, con lo que alguno sueña, montar un casino, ahora que ya tienen el material principal, o quizá un comedor, en cuyas mesas poner las tartas que pretendan repartirse. Porque lo que es solucionar los problemas de la caza y los cazadores, a este paso… ni en sueños.
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