La nueva guerra mediática cinegética

Triste y, creemos, nada interesante para el colectivo cazador, es lo que parece en los últimos meses una especie de una guerra mediática cinegética, que ha llevado a muchas de las personas que componen los medios de comunicación del sector a pasar de llevarse de maravilla como amigos, a tener demasiadas diferencias que han terminado incluso en críticas y ataques recíprocos entre algunos.


Todo empezó al levantarse la liebre —expresión ideal para este contexto— sobre lo que, incluso desde dentro de la propia entidad —que debería ser nuestra bandera—, se ha calificado de ‘mala gestión administrativa de los recursos que ponemos sobre la mesa con nuestro esfuerzo todos los cazadores’. Ante esta situación, como es lógico y era de esperar, responsables de la entidad han buscado apoyos para defender lo que, según su propia comisión interna, creada al efecto, prácticamente catalogaba de indefendible. Y es aquí donde se ha montado el rifirrafe, ya que algunos medios han acusado a los que se encontraban peor posicionados de tratar de aprovechar la ocasión para, en lugar de informar objetivamente, hacerlo bajo no muy claros intereses, fuesen éstos económicos, personales, para ganar favores o vaya usted a saber, intereses que, por otra parte, serían lícitos, siempre y cuando no influyesen en la objetividad de la información ofrecida. Unos se posicionan en un sentido. Otros, siendo los que más tienen que perder, se medio quedan al margen por lo que pueda pasar en el futuro, no sea que luego venga el tío Paco con las rebajas y los tenga marcados con una cruz. Otros tantos se posicionan claramente en el sentido opuesto. Y, algunos, a los que sin quererlo nos han metido en medio, por ser objetivos e imparciales, nos han situado, sin buscarlo, en el punto de mira de todos: de unos, en unas ocasiones, y de otros, en las otras. Y el culpable de todo… pues jugando sus cartas. O, lo que es lo mismo, contando la batalla según le va en ella y, descaradamente, según le interesa. Situación que se traduce, de cara a los medios de comunicación, en que ahora no te invito a este evento como desprecio a tus opiniones; ahora te convoco a este otro porque te voy a cantar una milonga; ahora doy esta información sólo a uno para que la dé a conocer como primicia, mientras que a otros no les informo para que se monte ‘pollo’ y así el interés no se pierda; ahora no te doy información de la actividad de la entidad, pero ahora sí te la ofrezco en este tema concreto, en el que puedo quedar muy bien de cara a la galería y, además, en la foto parezco más joven… Señores de incoherentes, poco apropiadas, partidistas, manipuladoras y fuera de lugar formas de actuar: no pretendan convocar ruedas de prensa en los temas en los que quieren cantarnos milongas, cuando no han permitido a la prensa, ni siquiera, la entrada a su asamblea. ¿Tienen aún más cosas que esconder?, ¿pretenden ustedes que informemos sólo de lo que les interesa?, ¿o qué es lo que sucede aquí? Sepan que, con su postura de total falta de transparencia al informar, únicamente van a lograr que las fuentes se busquen entre las personas y con los medios de que cada uno dispone, haciéndonos perder toda la objetividad que pretendemos poner de nuestra parte al informar, teniendo que aguantar luego sus comentarios, cuando lo que contamos es la versión que nos dan asistentes a esa información o a esos eventos a los que no tienen a bien dejar entrar a la prensa y que, casualmente, es dispar a las que ustedes pretenden darnos. Hagan ustedes las cosas bien y sean ecuánimes con los medios de comunicación siempre, constantemente, no cuando les interesa, o tendremos que continuar contando lo que nos cuenten, en lugar de lo que de verdad pasa, aunque no les guste, y guiados por la única información de la que disponemos.
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