Última fase de la investigación de las pruebas de transmisión en campo de la vacuna del conejo de monte

El proyecto de investigación para el desarrollo de la vacuna ISPANVAC para el conejo de monte que, desde abril de 2004, desarrollan conjuntamente el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) del Ministerio de Ciencia e Innovación; la Fundación Biodiversidad (FB) del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino; la Real Federación Española de Caza (RFEC), a través de la Fundación FEDENCA, y los Laboratorios SYVA S.A. de León, se encuentra en la última fase de investigación.


Habrá que esperar a que finalicen las últimas pruebas, en octubre de 2010, para disponer de los resultados definitivos
Esta última fase ha arrancado con la segunda prueba de transmisión en campo que se está desarrollando en el término de Vezdemarbán (Zamora). Estas últimas pruebas están dirigidas a contrastar los datos obtenidos en análisis anteriores sobre la transmisión de la vacuna en campo, minimizando para ello los riesgos de aparición de enfermedades durante el proceso y, de este modo, evitar la invalidación de las pruebas de campo tal y como había ocurrido en el 2009 en Portas (Pontevedra). Por ahora, se ha avanzado en la constatación de la seguridad individual (para cada uno de los conejos) y ambiental (segura también para sus predadores) de la vacuna ISPANVAC. Se sabe que el cien por cien de los conejos vacunados quedan protegidos frente a desafíos letales con el virus mixoma o el virus RHD durante más de un año, lo que permitirá a esos conejos la cría de las camadas habituales en ese periodo. La vacuna es estable durante más de dos años y medio en almacenamiento con refrigeración. A finales de este año se podrá disponer de información suficiente para conocer el grado de transmisión de la vacuna en campo, última de las pruebas previstas en el marco de este proyecto que, de resultar adecuado, proporcionaría el impulso necesario para la elaboración de la documentación a presentar a la Agencia Europea del Medicamento (EMEA), organismo que debe autorizar el uso de esta vacuna.

Transmisibilidad entre individuos inoculados y no inoculados

El actual proyecto nació impulsado por la necesidad de dar continuidad a un estudio promovido por los laboratorios HIPRA, a la vista de la imposibilidad de disponer, por parte de ese laboratorio, en tiempo y forma, de la documentación requerida por la EMEA para aprobar la aplicación de la vacuna. La investigación desarrollada desde el año 2004 por las cuatro partes mencionadas ha cumplimentado una serie de exigencias de la vacuna ISPANVAC, necesarias para su autorización. Como se ha dicho, está comprobado que la vacuna es segura para cada uno de los conejos vacunados y para los predadores de los conejos; la vacuna es segura también cuando se aplica a conejas preñadas y la cepa vacunal no se vuelve más virulenta después de cinco pases (reversión a la virulencia). La transmisión de la vacuna es otro de los atributos de gran interés desde el punto de vista de la extensión de la eficacia a la población de conejos no vacunados. Sin embargo, esta capacidad de transmisión ha de ser limitada, para no liberar un virus vivo que se pueda perpetuar en la naturaleza durante su utilización. De lo contrario, difícilmente sería autorizado por la EMEA para su utilización en campo, ya que al tratarse de un virus vivo recombinante a administrar a animales silvestres, es necesario ponderar la eficacia esperada y el riesgo de su aplicación en el campo. En las pruebas previas de laboratorio realizadas por Laboratorios SYVA S.A. en León, la transmisión ha sido inconstante e inferior a la esperada. Los resultados de transmisión del virus en los cinco experimentos contrastados en laboratorio han sido de una media superior al 20%: concretamente, de 0, 17, 20, 30 y 37%, colocados en orden creciente. Tal y como ya anunció la Fundación FEDENCA (RFEC) en febrero de este año, los resultados de transmisión de la vacuna obtenidos en campo, en Portas, que finalizaron en septiembre de 2009, fueron muy escasos pues no llegaron al 3,5 % en el primer pase. Esta escasa transmisibilidad contrasta con la que se obtuvo en la Isla del Aire (Baleares) que fue de alrededor del 50% de los conejos puestos en contacto con conejos inoculados, según el informe técnico emitido por el INIA (resultados publicados en: Vaccine 19 -2001- 4536–4543). Se detectó, por tanto, la necesidad de efectuar pruebas de campo adicionales (las que ahora se están realizando en Zamora), recomendadas por los expertos encargados de gestionar el proyecto y aconsejadas, también, por la coordinación del proyecto. Los primeros resultados de transmisibilidad, aún sin contrastar, obtenidos desde febrero de 2010 hasta la fecha en esta prueba de campo de Vezdemarbán (Zamora) no permiten ser optimistas pues se parecen más a los obtenidos en Portas, que a los que se obtuvieron en la Isla del Aire (Baleares). Hay que tener en cuenta que son muchos los factores que pueden influir en la transmisibilidad del virus vacunal (condiciones climáticas y geográficas, presencia de vectores, densidad de población, estatus sanitario y otras características de los conejos, así como otros factores no conocidos). Se trata de los mismos factores que hacen que los brotes de mixomatosis sean estacionales y aparezcan sólo en ciertas épocas del año, cuando se reúnen las condiciones adecuadas. Por todo ello, el tema de la transmisibilidad de la vacuna es difícil de valorar y, en cualquier caso, la optimización de las condiciones de transmisibilidad de la vacuna solo se podría realizar después de su aprobación, cuando se pueda estudiar en zonas diferentes con condiciones ambientales diferentes y en épocas diferentes del año. La búsqueda de la solución a las enfermedades del conejo para su recuperación ha sido uno de los empeños de la comunidad científica y las Administraciones durante los últimos treinta años. Con este objetivo se han puesto medios económicos y esfuerzos como no se ha hecho con ninguna otra especie. Lamentablemente, otros proyectos, también muy esperanzadores, que no han utilizado vacunas, y que han sido dirigidos por los investigadores de la comunidad científica más cualificados y especializados en conejo, no han dado resultados positivos que permitan lograr la meta de la recuperación del conejo, especialmente en las zonas sensibles del lince y el águila imperial, que han sido los territorios donde principalmente se han realizado esos otros experimentos. El coste de la vacuna para este proyecto desde el año 2004 hasta la finalización de las pruebas definitivas, en octubre de 2010, es de 1.288.341 euros, a sufragar entre los cuatro socios, que trabajan coordinada e intensamente, con el objetivo último de favorecer la recuperación de las poblaciones de conejo de monte.
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