La ACEC pide recuperar las perdices morunas en Tenerife

El Plan de recuperación de la perdiz moruna (Alectoris barbara) dirigido por la Unidad Orgánica de Biodiversidad, perteneciente al Cabildo Insular de Tenerife, suma para la temporada 2009-2010 un total de 3442 perdices liberadas. La Asociación Canaria de Entidades de Caza (ACEC) afirma la necesidad de «dar un giro al timón de la gestión de la caza en las Islas, puesto que el modelo actual está agotado y no se sostiene en el tiempo».


Los cazadores y sus asociaciones colaboran con recursos humanos e infraestructuras
La perdiz moruna fue introducida en el archipiélago canario, con fines cinegéticos, en el S.XVI. La especie mantuvo excelentes poblaciones hasta principios del S. XX. La disminución en las densidades de las poblaciones silvestres de perdiz moruna se ha debido a diversas causas, entre las que destacan el abandono de la agricultura tradicional, el entubamiento de las aguas, la sobreexplotación de los acuíferos, el cultivo bajo plástico, el uso indebido de fitosanitarios y la fragmentación del territorio por edificaciones y carreteras. Para paliar este declive, desde 1960 se han sucedido distintos programas de sueltas con perdiz moruna en las islas, a excepción de Gran Canaria, donde se repuebla con perdiz roja. En esos años se suscitó un gran debate sobre cual era la especie de perdiz idónea para repoblar en cada isla. En Tenerife, el plan moderno de cría en cautividad de la perdiz moruna comenzó en el Centro Cinegético de Aguamansa en el año 1985. Desde entonces, se han realizado distintas investigaciones y estudios sobre la supervivencia y desplazamiento de las perdices liberadas mediante radiotransmisores. También se ha aplicado la ciencia para estudiar, en el año 2003, la variabilidad de sus reproductores mediante técnicas de genética molecular. A partir de 2005, el Centro de Aguamansa inició modernos programas de cría con normas ecoetológicas para mejorar la calidad de las perdices producidas, con el fin de aumentar su supervivencia y posibilidades de adaptación al campo. La isla de Tenerife se ha estructurado en cinco zonas para tales menesteres: Parque Rural de Anaga, Parque Rural de Teno, Área Sur-Oeste, Área Sur-Este y Área Centro. Este último asignado a equipos de cazadores implicados en las tareas. Las Sociedades Colaboradoras reciben durante el verano los pollos de perdiz moruna que crían en amplios parques de aclimatación, provistos de la misma vegetación que los lugares donde, la siguiente primavera, se liberaran al campo. Con la llegada del final del invierno y del comienzo de la primavera, las perdices se distribuyen en pequeños grupos, bandos entre los 6 y 30 individuos. Es condición indispensable para participar en el Plan de Recuperación de la Perdiz Moruna que la Sociedad de Cazadores disponga de un parque de aclimatación idóneo para que los pollos de perdiz moruna alcancen un desarrollo óptimo. Actualmente existen nueve parques, repartidos entre las distintas áreas de Tenerife, donde se ejecuta el Plan. En estos parques de cría y aclimatación las perdices aprenden a vivir aprovechando los recursos naturales, por ello pueden mejorar la adaptación a su nuevo hábitat. Los ejemplares se liberan cuando ha concluido la temporada de caza, justo cuando después de las lluvias invernales el hábitat reúne recursos alimenticios necesarios para su subsistencia. En opinión de la Asociación Canaria de Entidades de Caza (ACEC), «se hace imperiosa la necesidad de aunar esfuerzos entre todos los cazadores canarios a través de las entidades de caza, realizando mejoras de hábitat, adaptando periodos hábiles de caza a la realidad de las especies cinegéticas de nuestras islas, sin olvidar una vigilancia eficaz, para la recuperación de las especies cinegéticas pertenecientes a nuestro Patrimonio Natural Cinegético. Es necesario dar un giro al timón de la gestión de la caza en las Islas, puesto que el modelo actual está agotado y no se sostiene en el tiempo. Las especies de caza son un recurso natural escaso, que debemos preservar, cuidar y respetar. Ejerciendo con responsabilidad la caza y participando en las tareas para su correcta gestión, conseguiremos recuperar las poblaciones silvestres».
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