Un lobo espera resignado a que un gran jabalí termine de comer el ciervo que él ha cazado
La jerarquía natural de predadores y presas queda rebatida con estas imágenes, en las que un lobo se comporta de manera sumisa mientras un gran jabalí se alimenta de la que puede ser su presa.
Un jabalí de gran tamaño y respetables colmillos se acerca receloso al cadáver de un ciervo. Tras comprobar que la zona es segura, comienza a alimentarse de él.
Aquí manda el gran jabalí sobre el lobo
Una cámara trampa colocada en el lugar tras detectar al animal muerto recoge una escena muy impactante. Un lobo llega cuando el cochino está saciando su hambre con el ciervo. Lejos de asustarse, el gran jabalí hace caso omiso de la llegada del predador y continúa su festín.
Es cuando vemos que los intentos de acercamiento del lobo se realizan bajo una actitud sumisa, con la cola entre las patas.
Poco después, cuando los jabalíes se han marchado, el lobo, que no se ha alejado mucho de la escena, vuelve para alimentarse del ciervo muerto. Pero el jabalí no anda muy lejos. Un par de minutos después, el imponente cochino vuelve para reclamar su alimento y el lobo huye a toda prisa del lugar.
Varias horas después, pasadas las 2 de la madrugada, el lobo vuelve, pero el jabalí aparece en escena cuatro minutos después y vuelve a echar de allí al predador.
Un zorro descarado
Tres días después, el cuerpo del ciervo aún sirve de alimento para el jabalí. Un zorro se muestra más descarado, y llega a comer al mismo tiempo que el gran jabalí da cuenta de los pocos restos del cuerpo de ciervo que quedan.