Veterinarios protestan ante el Congreso de los Diputados para evitar que continúen muriendo perros por la nueva ley de medicamentos
Cientos de profesionales del sector de la sanidad animal, a los que se han unido un importante número de propietarios de mascotas, se han concentrado en la capital de España para pedir la derogación inmediata del Real Decreto 666/2023. Una normativa que, según los veterinarios, está «poniendo en riesgo la salud animal».
Esta es la segunda ocasión en la que veterinarios de diferentes puntos del país se desplazan a Madrid para oponerse a una ley que cuestiona su criterio profesional y los “criminaliza”. En marzo el colectivo se manifestó frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Veterinarios de toda España, contra el Decreto Ley que limita el uso de antibióticos
Con lemas como “Somos veterinarios, somos sanitarios. No delincuentes. Dejadnos salvar a nuestros pacientes” o “Nuestra profesionalidad no se cuestiona. Nuestro criterio no se criminaliza,” cientos de veterinarios han mostrado su oposición a la obligación por parte del Gobierno del RD 666/2023 que regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios. A los profesionales se han unido propietarios de mascotas, sindicatos y protectoras de animales, entre otros colectivos.
Denuncian las primeras muertes de mascotas en Baleares
La primera víctima documentada que ha muerto por no poder aplicar un veterinario su criterio profesional fue Selva. La perra falleció el 13 de febrero en un hospital veterinario de Galicia tras ser mordida por un perro de raza potencialmente peligrosa. Al llegar a la clínica veterinaria, el facultativo tuvo que seguir el procedimiento impuesto por el Ministerio de Agricultura. El cultivo necesario para administrarle un medicamento más potente llegó cuatro días después de su muerte.
Andreu Oliver, presidente de la patronal de clínicas veterinarias de las Islas Baleares, en declaraciones a Menorca.Info afirma que “Ha habido muchas complicaciones y también alguna muerte, pero los fallecimientos son una cuestión muy sensible para los propietarios y hay que respetarlos, por eso no podemos dar detalles de esos casos concretos. Estamos obligados a usar solo los antibióticos de la categoría más simple y solo cuando fracasa el primer antibiótico o cuando llega el cultivo, podemos ir subiendo. Esto implica que a veces nos vemos obligados a usar antibióticos que no son óptimos, sabiendo que fallarán, pero si no lo hacemos así ni tan siquiera sabemos con seguridad a qué tipo de sanciones podemos enfrentarnos”.