Un ternero es devorado y los guardas forestales echan la culpa a los mastines que protegen al ganado
El domingo uno de los terneros de un joven ganadero fue atacado. Los guardas rurales encargados de señalar al culpable del ataque barajan la posibilidad, según el riojano, de que los responsables de haber devorado viva a la cría sean los dos mastines que conviven con el ganado.
Crispin y Turco son dos mastines españoles improntados. Desde que contaban con cuatro meses, viven junto a las vacas de Álvaro Blanco Gil. Según la IA de Google, "De hecho, la impronta se refiere al proceso por el cual un animal joven se identifica con un objeto o individuo específico, que suele ser su madre o el cuidador humano, y se le considera parte de su especie. En el contexto de la cría de ganado, los perros improntados se utilizan como guardianes, no para atacar, sino para proteger el ganado de depredadores o amenazas". Un perro pastor dará la vida si fuera necesario para proteger al rebaño.
Los mastines que guardan al ganado.
Dos jóvenes ganaderos ven cómo los lobos ponen en peligro su proyecto de vida
Se sienten desprotegidos por parte de la administración. El domingo, Álvaro, un ganadero de 26 años natural de Munilla, municipio situado en la comarca de Arnedo, acompañado de Alicia, su pareja, subió a los prados en los que pastan sus vacas, en su mayoría de la raza limusin.
Los perros han sido improntados desde cachorros.
Un ganadero les avisa de la presencia de un lobo solitario en la zona
En el desplazamiento un vecino ganadero les comunica que acaba de encontrarse con un lobo. Cuando se hayan a un kilómetro de distancia del terreno en el que se encuentra parte de su ganado dos personas les avisan que han visto a un ternero con mordeduras en la zona anal. Tras inspeccionar la parcela, encuentran a la vaca de nombre Santana junto a su ternero. El animal únicamente tenía seis días de vida. Nació en un establo y cuando pudo seguir a su madre fue llevado a los prados para que se criara en libertad. La vaca protegía con su cuerpo al ternero.
Así encontraron los ganaderos al ternero y su madre.
Perros y no lobos
El ganadero avisa al guarda forestal de la zona para que acuda al lugar y certifique el ataque. Los técnicos inspeccionan al animal y el lugar del ataque y, según el ganadero, no encuentran huellas ni evidencia alguna de que el ataque fuera de lobo. Preguntan a Álvaro si Crispin y Turco están improntados. Al rellenar los guardas forestales el informe de ataque de lobo o aviso de depredación, marcan la casilla en la que figura "evidencia de cánido" y dejan en blanco la que señala "evidencia de lobo". Le comunican al ganadero que no certifican el ataque porque según ellos, no tienen evidencias de que sea lobo.
"No le deseamos a nadie no poder dormir pensando qué ocurrirá mañana"
El ganadero asegura que lo es por vocación. No quiere subvenciones, ni compensaciones económicas. Lo que no quiere es que los lobos se coman vivos a sus animales. Todos ellos tienen "nombre y apellidos". El domingo por la tarde una veterinaria de urgencias tuvo que eutanasiar al ternero entre las lágrimas del ganadero.