Grupo criminal
Cualquier actividad hoy es un maremágnum de obligaciones, papeles y condicionantes con sus correspondientes infracciones, sanciones y riesgos. Ninguna obligación administrativa es inocente.
Leo con curiosidad que la Guardia Civil en Extremadura ha empurado a unos organizadores de monterías y a unos postores por no sé qué irregularidad en el listado de una montería. Al parecer, y siempre según la nota de prensa que supongo ha sacado la propia Benemérita (los investigados no creo que lo hayan publicitado), se detectó que los postores llevaban armas y no estaban en el listado inicial suministrado a la autoridad. Posteriormente, parece ser que facilitaron otro modificado. Les acusan de falsedad en documento oficial y de pertenencia a “grupo criminal”. Échale hilo a la cometa.
Lo del listado de asistentes a las monterías es otro de los papeleos absurdos que “el sector” ha asumido como pone de manifiesto este ejemplo. Otro capítulo del serial burocracia en el que estamos instalados. Una exigencia que como obligación documental no es inocua, no es “una simple formalidad”. Falso. Cualquier actividad hoy es un maremágnum de obligaciones, papeles y condicionantes con sus correspondientes infracciones, sanciones y riesgos. Me lo decía un ganadero de Albacete harto de pasear la carpeta debajo del brazo. Ninguna obligación administrativa es inocente. Me duele la boca de decirlo cada vez que veo una modificación de una norma: “deberá, llevará, …”. Cada obligación legal va ahogando más a la actividad empresarial y, por supuesto, a las actividades recreativas. Vivimos sumidos en la hiperregulación. Véanse los recientes caprichos digitales de nuestras administraciones. Más papeleo (ahora digital que es más cool) y más posibilidades de meter la pata y de que a uno lo empitonen (por lo civil o por lo criminal). Al tiempo.
Lo de que la modificación de un papel de un listado de una montería, léase si se prefiere, alteración, falsificación, … sea un delito de pertenencia a grupo criminal me parece sencillamente un exceso. En nuestro Código Penal, la organización y el grupo criminal se definen en los art. 570.bis y ter y lo que aluden es a una organización con cierta estabilidad con el propósito de delinquir. Poner a la misma altura a este organizador y a los postores que a los individuos que se dedican a la trata de seres humanos, narcotráfico, estafas continuadas o violencia contra las personas es un dislate. Comparar a Cristo con Cocote. Una barrabasada jurídica. Buenas ganas de hacerles pasar las de Caín a estos señores y de tildar de grupo criminal lo que con la ley en la mano no cabe denominar como tal. Es intentar encajar el tipo penal a martillazos.
Todos a la cárcel es una más de las geniales obras de Berlanga y Rafael Azcona. Y viene al pelo cuando todo es delito y los principios de intervención mínima del derecho penal y su naturaleza subsidiaria, se ven reducidos a cenizas como ocurrió con la polémica reforma del delito de maltrato animal donde resulta que hasta el raticidio puede ser delito. Así nos va. Sigamos asumiendo como normal lo que no les y dejando libertad a los guisanderos del poder ejecutivo para seguir minando de obligaciones legales la vida cotidiana a base de BOE y diario oficial. Eso sí, no verán a ninguno hablar de bajar impuestos o reducir el gasto público. Pero bueno, de lo de la esclavitud fiscal ya hablaremos en otro artículo.
Blog reproducido desde el especial Campo y Caza de El Debate