Una lechuza comete un error muy grave al aterrizar en un nido custodiado por cigüeñas
Una lechuza no es rival para una cigüeña adulta. Mucho menos para dos ejemplares que están cuidando de sus pollos y en su propio nido. No hay explicación lógica que pueda justificar el comportamiento ‘suicida’ de esta ave.
El pico de las cigüeñas es su arma más peligrosa. Estas aves ciconiiformes desarrollan un tamaño superior al metro, con ejemplares de 115 centímetros, una envergadura de 215 y un peso de hasta 4,5 kilos. El pico es largo y puntiagudo, con unos 18 centímetros, que usa para atacar a sus presas, cualquier animal del tamaño que permita engullirlo, como peces, reptiles, pequeños mamíferos y aves, insectos… Las hemos visto acosar a perdices, también buscar y dar caza a codornices, incluso tragar conejos.
La rapaz enfada a las cigüeñas
La pareja de progenitores custodia el nido mientras descansa durante la noche. Cuatro pollos ya cuentan con un tamaño que les acerca al de los ejemplares adultos. Aún no han volado, pero no les falta mucho para intentarlo. Todo está en calma hasta que un intruso aterriza junto a ellos. Se trata de un depredador letal, pero de un tamaño ridículo comparado con el de las aves que acaba de enfurecer. Las grandes migratorias reaccionan rápidamente y con solo un picotazo, la lechuza queda prácticamente inmóvil. Tras este, se suceden los ataques, incluso la cogen y levantan del nido para, finalmente, lanzarla fuera de allí.
La lechuza acaba gravemente herida
Al finalizar la grabación, vemos dónde y cómo ha acabado este ejemplar joven de lechuza. Casi inmóvil, posada en una de sus patas y con el cuerpo encogido, los picotazos de los largos y poderosos picos de las cigüeñas han resultado fatales para el inexperto ejemplar de rapaz nocturna.