Póker de jabalíes con un rifle de cerrojo grabado con una cámara ShotKam
Un montero burgalés difícilmente podrá olvidar uno de los lances que ha vivido esta temporada. En una cacería celebrada en un coto del norte de Burgos, abate cuatro cochinos de una piara compuesta por cinco ejemplares.
Diego Revilla Ramos es un cazador nacido en Burgos hace 50 años. Desde que tiene uso de razón, se siente cazador. Se inició en la actividad cinegética en la modalidad de caza al salto con perros. A los veinte años, cambió la menor por la mayor debido al aumento del número de cochinos y a la disminución de la caza menuda.
Un especialista en la caza de jabalíes en batida
En la cacería en la que abatió cinco cochinos, al montero le tocó en suerte un puesto ubicado en una mancha de monte delimitada por parcelas de cultivo. De la vegetación que el cazador tiene frente a su postura, irrumpe una piara de jabalíes. Diego templa los nervios y abate uno de los cochinos con un eficaz disparo de su rifle de cerrojo Merkel RX Helix Explorer del calibre .30-06 Springfield.
Al oír la detonación, los jabalíes cambian de dirección y se dirigen hacia el cazador. Sorprendido por la reacción de los suidos, yerra la segunda bala. Rectifica el cañón de su arma y derriba un segundo animal. Falla de una manera inexplicable otro cochino a bocajarro.
Dos jabalíes de un único disparo
Para su sorpresa, la quinta bala —este modelo de rifle tiene un cargador de cinco proyectiles, al que hay que sumar el de la recámara— impacta en dos cochinos que se alinean en el momento de apretar el gatillo. El último disparo remata a uno de los dos jabalíes. Antes de finalizar la cacería, caza un quinto cochino. El lance también queda grabado por la cámara ShotKam Gen 4, colocada en el cañón del arma del burgalés.
Colaboración BatidasJabalí.