Un ganadero encuentra dos jabalíes durmiendo entre sus vacas
Estos dos usurpadores han preferido la cálida paja que cubre el suelo de esta explotación ganadera al frío pasto y barro que vemos que predomina en el exterior.
El ganadero los ha pillado in fraganti. Los suidos silvestres se han colado en el encerradero de las vacas y lo describe de la siguiente y acertada manera: “Alojamiento gratuito con todo incluido”. En un lugar donde están rodeados de vacas, han encontrado un encame ideal para pasar allí las horas de descanso resguardados de la lluvia, el frío o el viento que podría incomodarlos en el exterior.
Las vacas aceptan la compañía de los jabalíes
Y las vacas permanecen impasibles ante su presencia. Un comportamiento neutral que se aleja de otras reacciones de las que hemos sido testigos en otras ocasiones, en las que las vacas han defendido su territorio de estos intrusos, llegando a propinarles brutales palizas.
La amenaza del contacto entre fauna silvestre y ganado doméstico
Sin duda, una escena cómica que se resuelve con la huida de los cochinos, pero que entraña un riesgo real para los intereses del ganadero. El jabalí es uno de los más temidos reservorios de enfermedades infecciosas que pueden afectar al ganado. Entre la larga lista de estas afecciones, encontramos la tuberculosis bovina, el virus de la PPA, la peste porcina clásica, la enfermedad de Aujeszky, la brucelosis porcina, la toxoplasmosis o la triquinelosis.
