La nueva ley de administración de antibióticos veterinarios continúa ‘matando’ animales domésticos
La última víctima de la que tenemos constancia como consecuencia del decreto que restringe la administración de medicamentos a animales por parte de los veterinarios ha sido una gata en Valladolid.
Los profesionales del sector barajan la posibilidad de realizar nuevas jornadas de cierre de las clínicas veterinarias y concentraciones en las subdelegaciones del gobierno de las diferentes provincias.. El miércoles pasado, miles de veterinarios se manifestaron en la capital de España para oponerse a una ley que cuestiona su criterio profesional y los “criminaliza”. Esta ha sido la cuarta vez en la que el colectivo de veterinarios se ha movilizado en diferentes puntos de España.
Segunda víctima mortal del Real Decreto 666/2023
Los veterinarios se exponen a multas de más de 1 millón de euros si no cumplen los protocolos impuestos por el MAPA en la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios.
A finales de febrero Selva, una perrita gallega de 9 años, que fue atacada por otro perro, murió por una sepsis. El profesional que la trató no le pudo administrar el tratamiento que necesitaba. Para su prescripción era obligatorio realizar un cultivo microbiano. Los resultados del estudio no llegaron a tiempo para salvar la vida del animal. Con la actual normativa es necesario realizar esta prueba para poder administrar un antibiótico adecuado.
Son necesarios estudios de elevados costes antes de iniciar un tratamiento efectivo
El Español Noticias de Castilla y León informa de la muerte de la gatita Wendy como consecuencia de la nueva ley de administración de antibióticos veterinarios. Los Centros Ceterinarios Vetoven, con sede en Benavente y Medina de Rioseco, se pusieron en contacto con el medio de comunicación para denunciar lo sucedido.
Según los profesionales, el animal, tras sufrir una grave infección durante un mes acabó muriendo por un fallo multiorgánico. Leticia González, veterinaria y gerente de las clínicas, asegura que la muerte de este animal era "evitable" de haber podido seguir con libertad su criterio profesional.