Un valiente lebrato planta cara al guarda rural que trata de salvarlo de las cuchillas de una trituradora agrícola
La mañana de ayer, los guardas rurales del ayuntamiento de Fuentes de Andalucía recibieron el aviso de unos agricultores. En las tareas de poda de una parcela de naranjos y melocotones encontraron a una rabona con escasos días de vida.
Miguel Osuna y un compañero de trabajo permanecieron junto a la orejona hasta que los agricultores terminaron de triturar las ramas de la poda.
La liebre indomable
El guarda rural escribe habitualmente textos relacionadas con la actividad cinegética y la perdiz roja. Sobre la liebre, nos envía lo siguiente:
«Bajo el manto de la hierba y las flores de melocotón, la pequeña liebre permanecía oculta entre la hierba y las flores caídas. Su instinto le decía que debía quedarse quieta, que el mundo era un lugar peligroso y que su única defensa era la inmovilidad. Pero el destino quiso poner a prueba su bravura.
Unos pasos pesados hicieron crujir la tierra cercana. Un grupo de agricultores recorría los surcos, revisando las plantas, cuando uno de ellos reparó en la diminuta figura acurrucada entre las ramas.
—¡Mira esto! —exclamó, inclinándose hacia la liebre.
Al verla tan pequeña, con su pelaje enmarañado y sus ojos brillantes como dos cuentas de ámbar, intentaron cogerla, quizá por curiosidad, quizá con la intención de ayudarla. Pero la liebre no era una criatura indefensa.
Antes de que las manos rudas pudieran alcanzarla, se lanzó con un impulso feroz. No corrió, no huyó de inmediato, sino que se arrojó contra ellos, golpeando con su diminuto cuerpo las manos que intentaban sujetarla. Sus patas traseras se movían con una fuerza inesperada, sus garras arañaban la tierra con fiereza.
Los hombres, sorprendidos por aquella explosión de valentía en un ser tan pequeño, retrocedieron riendo.
—¡Pero si tiene más coraje que un jabalí! —dijo uno, frotándose la mano.
La liebre no esperó. Con la velocidad de un relámpago, giró sobre sí misma y salió disparada, zigzagueando entre las ramas, desapareciendo en la espesura antes de que pudieran reaccionar.
Los agricultores se quedaron en silencio, mirando el punto donde la liebre se había esfumado.
—Esa sabrá defenderse sola —dijo uno de ellos, sacudiendo la cabeza con admiración.
Y así, con apenas unos días de vida, aquella pequeña liebre había demostrado que la bravura no depende del tamaño, sino del espíritu. En su corazón latía la esencia del campo, salvaje e indomable, lista para desafiar al mundo con cada salto, con cada enfrentamiento, con cada aliento de libertad».
Trituradoras de biomasa y la reproducción de la liebre: un peligro invisible en el campo
El avance tecnológico y sus consecuencias en la fauna cinegética. El uso de maquinaria agrícola ha revolucionado la gestión del campo, facilitando labores como la limpieza de rastrojos, la gestión de residuos forestales y la producción de biomasa como fuente de energía renovable. Sin embargo, el impacto de estas tecnologías sobre la fauna silvestre, y en particular sobre especies cinegéticas como la liebre ibérica (Lepus granatensis), es un aspecto que no siempre se tiene en cuenta.
Con la llegada de la primavera, comienza la época de reproducción de muchas especies de interés cinegético. En estos meses, las trituradoras de biomasa, utilizadas para eliminar restos vegetales, pueden convertirse en una amenaza mortal para los lebratos, así como para otras especies que nidifican en el suelo, como la perdiz roja, la codorniz o el sisón.
Reproducción de la liebre: una estrategia vulnerable
La liebre ibérica es una especie con una gran capacidad reproductiva. La hembra puede tener entre dos y cuatro camadas al año, con una media de dos o tres lebratos por camada. A diferencia de los gazapos de conejo, que nacen ciegos y sin pelo en madrigueras subterráneas, los lebratos vienen al mundo completamente desarrollados y con una estrategia de supervivencia muy concreta: la inmovilidad. Esta estrategia, efectiva contra zorros, águilas y otras amenazas naturales, se convierte en un problema cuando el peligro viene de una trituradora de biomasa que avanza sin darles opción de huida.
Trituradoras de biomasa: una amenaza silenciosa
El uso de trituradoras de biomasa ha aumentado en los últimos años, ya sea para limpiar campos después de la cosecha, eliminar restos de poda o preparar suelos para nuevas plantaciones. Estas máquinas desmenuzan la vegetación con gran eficacia, pero su impacto sobre la fauna es devastador si no se toman precauciones.
Los lebratos, al confiar en su inmovilidad, no huyen ante la presencia de maquinaria, lo que los hace especialmente vulnerables. Lo mismo ocurre con los huevos y pollos de especies como la perdiz roja, que nidifica en el suelo y cuyas poblaciones ya están en declive por otros factores, como el furtivismo o las siembras de ciclo corto.
Medidas para minimizar el impacto de las trituradoras de biomasa
Como cazadores y gestores del medio rural, tenemos la responsabilidad de proteger la fauna silvestre, especialmente durante su periodo de reproducción. Algunas medidas que pueden ayudar a reducir la mortalidad causada por las trituradoras de biomasa son:
- Planificación de los trabajos agrícolas: Evitar el uso de trituradoras en los meses de cría (febrero-junio) o, al menos, realizar una inspección previa de la zona.
- Alternancia en la trituración: Dejar pequeñas áreas sin triturar para que los animales tengan refugios y alternativas de escape.
- Uso de técnicas menos agresivas: En zonas de alto valor ecológico, optar por métodos menos destructivos, como la siega controlada.
- Colaboración con guardas rurales y gestores cinegéticos: Ellos pueden aportar información clave sobre la presencia de especies sensibles en determinadas áreas.
Conclusión
La modernización del campo no tiene por qué estar reñida con la conservación de la fauna. Un uso responsable de la maquinaria agrícola puede marcar la diferencia entre un entorno sostenible y la pérdida silenciosa de especies clave en nuestros ecosistemas. Como cazadores y amantes del campo, debemos ser los primeros en defender estas medidas, asegurando que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de una fauna abundante y sana.
La próxima vez que veas una trituradora de biomasa en acción, piensa en lo que puede haber escondido entre la vegetación. Un simple gesto de precaución puede salvar muchas vidas.
Colaboración de Miguel Osuna.