La peligrosa caza de ‘vakamulos’ al salto: 150 kilos y 30 centímetros de colmillo
Crónicas de caza

La peligrosa caza de ‘vakamulos’ al salto: 150 kilos y 30 centímetros de colmillo

Una cuadrilla de cazadores logra abatir a un enorme cochino tras más de cuatro horas de caza con perros de rastro. La intervención de uno de los perreros evita que uno de los canes resulte herido por los colmillos de un navajero.


Los valientes perros que han hecho posible el abate de este impresionante macho son propiedad de nuestro colaborador habitual Giannis Abatzidis, cronista de una prestigiosa revista cinegética griega. El criador de perros de la raza sabueso de Transilvania cuenta con un canal de YouTube de nombre Extreme Wild Boar Hunting, con más de 16.000 seguidores.

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El veterano cazador junto al gran jabalí abatido. A la derecha, los cazadores revisan los colmillos del macareno.

El cazador realiza la crónica de la jornada de caza

"Temprano en la mañana encontramos el rastro de un gran jabalí. Su paso sobre la hierba helada indicaba que había pasado por allí hacía pocas horas. Mi experiencia me decía que no se escondería muy lejos, ya que se dirigía a un lugar espeso en el bosque. Como sabíamos que nos enfrentábamos con un macho de gran tamaño, decidimos soltar solo un perro para que lo localizara en el encame.

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Los sabuesos de Transilvania contemplan al formidable jabalí abatido.

Por lo general, la suelta de muchos perros contra jabalíes experimentados, puede provocar que el macho plante cara a los canes. Liberamos de sus ataduras a Rhea en el sitio en el que pensamos estaba el cochino. Mientras seguía las huellas y se acercaba a un lugar muy denso, antes de que pudiera dar un fuerte ladrido para indicarnos que había visto al animal, el jabalí se abalanzó sobre la perra. Inmediatamente corrimos hacia Rhea para socorrerla".

 

Un cazador de 85 años abate al gigantesco jabalí

"Tras el percance liberamos a dos perros más jóvenes. Al igual que la perra equipados con chalecos protectores. Los dos canes, Néstor y Leda, volvieron a localizar al jabalí que había permanecido en el mismo lugar donde había atacado a Rhea. Los perros comenzaron a ladrar. Para evitar un nuevo ataque, comencé a disparar al aire con la intención de hacer que el animal huyera.

El jabalí se levantó de la cama y escapó perseguido por los perros. En menos de cinco minutos, llegó al lugar donde un cazador lo estaba esperando. Le disparó dos tiros a quemarropa, pero falló. Media hora más tarde, fue abatido por un experimentado cazador de 85 años".

 


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