El celo de la perdiz roja, grabado en vídeo
Un macho intenta aparearse con una hembra que lo rehúye y otra perdiz espera atenta a lo que sucede. No les importa estar en un camino y que les grabe el conductor de un vehículo.
Las perdices comienzan con sus disputas pre-reproductoras en enero. Esta etapa del celo se prolonga durante febrero, sobre todo en función de la zona y la climatología. Un mes después, en marzo, ya estarán las parejas formadas, para comenzar a buscar sitio para construir el nido y tenerlo todo preparado para cuando comienza la puesta de los huevos por parte de la hembra, entre abril y mayo, con una cadencia de uno o dos cada día.
Tres perdices en pleno celo
Las tres perdices que protagonizan estas imágenes se encuentran en esa primera fase, cuando a los machos comienza a hervirles la sangre por la llamada de la naturaleza a perpetuar la especie. Sus cantos pondrán la banda sonara en las zonas perdiceras y con ellos pretenderán intimidar a otros posibles machos reproductores y atraer a las hembras para emparejarse con ellas.
Las peleas son muy típicas en la especie, con los pájaros haciendo uso de una danza intimidatoria, con picotazos y saltos para utilizar sus patas como armas. Cuando el contendiente ha sido vencido, no está todo hecho. La hembra tampoco se lo pondrá fácil, y podrá rehuirle, como acabamos de ver. En este documento audiovisual también podemos escuchar el canto de una de las enceladas perdices rojas que intenta convencer a la hembra e imponerse al otro aspirante.
Estas imágenes han sido grabadas por un cazador en Castellfollit del Boix, en el interior de la provincia de Barcelona.