Un precioso rebeco llama a su puerta
Una hacienda agrícola ha recibido una sorprendente visita. Un animal de gran belleza y que no suele verse cerca de nada que tenga que ver con el ser humano.
Nos situamos en Agriturismo Lo Mayen, una finca rural situada en un enclave idílico dentro del parque nacional del Gran Paraíso, el más antiguo y mejor conocido de los parques nacionales de Italia, y que ocupa terrenos de las regiones del Valle de Aosta y Piamonte en los Alpes de Graies. Allí, la fauna es muy variada, con íbices, marmotas alpinas, liebres de montaña, zorros, tejones, mustélidos y, como vemos en este vídeo, el rebeco de los Alpes (Rupicapra rupicapra).
Esta especie, que reparte sus poblaciones en numerosos países europeos, distribuye sus poblaciones más numerosas en los Alpes y en el Cáucaso. Se caracteriza por habitar terrenos de montaña siempre entre los 500 y los 3.100 metros de altitud. Su comportamiento esquivo y huidizo le lleva a esquivar el contacto con el hombre, del que huye rápidamente cuando sus desarrollados instintos de la vista, el olfato y el oído lo detectan, en ocasiones a cientos de metros, como así sucede con sus depredadores, osos, lobos y linces.
Por todo esto, nos impacta la escena que nos brindan los responsables de Agriturismo Lo Mayen en sus redes sociales. Al asomarse a la puerta principal del edificio, encuentran un excepcional ejemplar de rebeco allí plantado, mirándolos.
¿Por qué se acerca tanto un rebeco a esta casa?
Los comentarios tras ver el vídeo han sido de lo más variados. Desde los que preguntan de manera irónica si el animal había hecho reserva para pasar allí la noche hasta los que profundizan en el motivo que ha podido llevar al animal a un entorno tan extraño para él.
Si atendemos a la meteorología, comprobamos que durante este mes de enero las temperaturas máximas no han superado 1 grado bajo cero, siendo las mínimas de menos de 20 grados negativos. Se trata del mes más frío que experimenta la zona. Los suelos están cubiertos de nieve, sobre todo en las cumbres más altas, como la que da nombre al parque, el Gran Paraíso, con 4.061 metros. Ante tormentas de viento y nieve, los animales pueden verse obligados a buscar refugio en zonas urbanizadas. Resulta extraño atribuirle un comportamiento así a un rebeco adulto y sano sin que haya recibido una estimulación artificial. En otras palabras, que haya sido acostumbrado al contacto humano.
