Recechos de conejo con arco
Caza con arco

Recechos de conejo con arco

Recechar conejos con arco es una de las modalidades de caza más entretenidas, que más satisface y de las más complicadas que un arquero puede disfrutar. Toda la culpa la tiene ese pequeño lagomorfo que, con sus peculiaridades y forma de comportarse, nos brinda la oportunidad única de lances increíbles y difíciles con arco y flecha.


Si eres arquero, no puedes dudarlo: ponte en marcha y prepárate, porque el orejudo te pondrá a prueba en cuanto pongas tus pies en el campo. No desmerezcamos a este animalito, no lo consideremos el hermano menor de la caza con arco por detrás del jabalí. Él, más que ningún otro, puede hacernos ver lo que somos con un arco en las manos… Ahora os cuento porqué. Aquí va una serie de consejos para no meter en exceso la pata cuando vamos tras ellos.

 

Consideraciones previas

El conejo, en relación a su tamaño, es el animal más resistente al tiro de la península ibérica a mucha distancia del segundo.

Si, además, le sumamos que siempre está cerca de sus vivares o de zarzales, verá el cazador arquero que es muy fácil herir y no cobrar, algo que debemos evitar a toda costa. Es de vital importancia dejarlo “seco” en el sitio. Para ello, deberemos preocuparnos de acertar en una zona vital apuntando siempre a la paleta, si está de lado, o entre ellas, si se encuentra de espalda, olvidándonos de todo lo demás. Por tanto, debemos ser muy habilidosos en el tiro.

 

El equipo

La puesta a punto de nuestro arco debe ser exquisita y el conocimiento de la distancia a la que está el conejo que estamos tirando, esencial. El empleo de un telémetro es imprescindible y utilizaremos flechas livianas para alargar la rasante y de las más duras, pues, al tirar contra el suelo, se pueden romper. Un trozo de lana colocada en algún sitio visible de nuestro arco nos ayudará a conocer en todo momento la dirección del viento para intentar hacer frente a su finísimo oído que es, sin duda, su sentido más desarrollado.

 

Nuestro calzado deberá ser muy ligero, con suela lisa y de goma. Huid de las botas de caza: son un perjuicio para el rececho, os lo aseguro. El carcaj de arco será el mejor, ya que si lo tenemos en la cintura rozaremos con la vegetación y haremos ruidos innecesarios. Pero lo que realmente no hace ruido en el campo es la destreza con la que nos movemos. Eso se lleva, pero también se entrena.

 

Su caza: Algunos consejos

No es difícil cobrar algún conejo con el arco. Nos brindan muchas posibilidades por su abundancia y, tarde o temprano, nos haremos con el primero; pero lo difícil es saber hacerlo bien: tirar casi todos a los que recechemos y cobrar casi todos los que tiremos. Ésa es la clave de su caza y no es nada fácil.

 

Los mejores días para recechar conejos son aquéllos en los que corre algo de viento, pues el sonido del pasto y la maleza moviéndose enmascara nuestros ruidos, disimulando el rececho y pudiéndonos acercar a distancias de tiro muy cortas. Los días en los que no se mueve el aire es desesperante recechar y prefiero esperarlos en los vivares.

 

He comprobado que las mejores horas para cazarlos son las centrales del día, evitando el amanecer y el atardecer, pues es cuando los depredadores terrestres cazan y cualquier ruido los alerta, no así cuando ellos no se lo esperan.

 

Si hay muchos conejos, no nos precipitemos forzando los lances o tirando a larga distancia; nuestro ritmo tiene que ser siempre el mismo, a cámara lenta. Tarde o temprano, la oportunidad de un tiro cercano surgirá. Hay que apurar las distancias al máximo y será el conejo el que nos diga, con su comportamiento, “hasta aquí hemos llegado”. Así seremos más efectivos.

 

Las distancias a la que los pines de nuestros arcos hacen cero perfecto hay que tenerlas grabadas a fuego en la cabeza, hasta el punto de desandar un metro o dos para ponernos, por ejemplo, a esos 25 metros exactos donde tenemos la seguridad de que le acertaremos a una moneda de un euro (la paleta del conejo), mejor que si estuviéramos a 24 o 23 metros.

 

Tened en cuenta que un conejo con la flecha “puesta” lo cobraremos en el 90% de los casos, ya que se enganchará en la entrada de su madriguera o en la maleza. Por eso, en vez de intentar que la flecha atraviese completamente al conejo, debemos procurar realizar tiros inclinados que fuercen a la flecha a “hacer tope” con el terreno. Entonces, incluso con tiros muy malos, cobraremos el conejo.

Los arroyos siempre hay que cogerlos por la derecha si somos diestros o por la izquierda si somos zurdos, ya que al asomarnos a su cauce o en los claros, lo haremos por el lado en el que nos es más fácil la apertura del arco. Así, a la hora de disparar, asomaremos sólo el arco y no nuestro cuerpo entero.

 

Es recomendable utilizar plumas de color llamativo para recuperar las flechas, gafas de sol, que nos relajarán la vista, y agua a mano, si no hay en algún arroyo cercano, para limpiar las flechas y que no se quede la sangre seca en ellas, pues luego hace ruido al rozar en el reposaflechas.

Las mejores puntas que he encontrado para el conejo han sido las Judo, muy duras. Con los alambritos que tienen y que se enganchan en el pasto recuperaremos fácilmente las flechas y evitaremos que se le salga al conejo cuando corren con ella atravesada. Judo es sinónimo de éxito con los conejos.

Una de los puntos que suele marcar la diferencia es conocer el terreno y saber dónde están los vivares más tomados, dónde está esa asomada en la que los vemos soleándose... Siempre que podáis, cazad de nuevo en la misma zona, pues os ahorraréis muchas averiguaciones.

 

El mejor comienzo para el que se inicia con el arco es la caza del conejo, ya que aprendes a depurar tus fallos, debido a la cantidad de lances que te proporcionan, y es uno de los tipos de caza más exigentes para los que ya son experimentados.

Desde estas líneas, mi admiración hacia el conejo que siempre me pone a prueba, descubre mis torpezas cuando lo cazo y me hace pasar tan buenos ratos recechándolo y, por supuesto, en el plato.

Fotos: Jaime Hurtado, Stock Xchng y Grupo Vigilancia y Gestión.

This article is also available in English: Why Rabbit Hunting with a Bow is Every Archer’s Ultimate Challenge

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