Conceden la incapacidad permanente a una ojeadora de perdices rojas tras sufrir un accidente de trabajo
Sucesos

Conceden la incapacidad permanente a una ojeadora de perdices rojas tras sufrir un accidente de trabajo

La trabajadora sufrió una caída desde el remolque de un tractor, que le provocó una fractura desplazada de tibia y peroné, en el desarrollo de un ojeo de perdices.


El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha concluye que "las dolencias persistentes inhabilitan a la actora para desempeñar todas o las tareas fundamentales de su profesión habitual". De ahí que se le concede la incapacidad permanente total.

La mujer ha perdido gran parte de la movilidad del tobillo

Los hechos ocurrieron en el transcurso de un ojeo de perdices. En uno de los desplazamientos de los batidores durante la cacería la víctima se precipitó desde el remolque de un tractor. El accidente le provocó la rotura de tibia y peroné en una de las piernas. La accidentada tuvo que ser sometida a varias intervenciones quirúrgicas para reducir la fractura.

La lesión limita la capacidad funcional de la ojeadora

Tras agotarse el período máximo permitido de incapacidad temporal fue declarada en situación de incapacidad permanente total para su profesión habitual. La mutua Fraternidad-Muprespa recurrió la decisión para que fuera sustituida por una prestación inferior. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha evaluó el recurso y validó el criterio del juzgado de primera instancia y del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

¿En qué consiste la incapacidad permanente?

Estamos ante la situación laboral del trabajador que, después de haber estado sometido a tratamiento médico y de recibir el alta médica, presente limitaciones anatómicas o funcionales graves que disminuyan o anulan su capacidad laboral. A esta trabajadora se le ha concedido la incapacidad permanente total para la profesión habitual, de acuerdo al informe técnico de la Guía de Valoración Profesional del INSS.

 


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