Los lobos devoran un perro de caza en Cantabria
Hablamos con uno de los cazadores presentes en la batida de jabalí que nos cuenta cómo sucedió y los enormes problemas que ocasionan los lobos, no solo a los cazadores, sino también a los ganaderos de la zona.
Tenemos la suerte de hablar con un cazador jabalinero que recorre muchos terrenos gracias a su pasión. Salvador caza en muchos montes del norte peninsular, desde la parte más septentrional de Burgos, pasando por Zamora, Asturias y, por supuesto, su Cantabria natal.
Hace dos semanas, una batida de jabalíes se convirtió en una desagradable tragedia para los cazadores y monteros que participaban en ella. Se celebraba en San Pedro del Romeral. Salvador estuvo allí y fue testigo de cómo dejaron los depredadores a El Pirata, un sabueso agrifonado que seguía los rastros del jabalí sin sospechar que una manada de lobos lo seguían a él.
El Pirata, un sabueso agrifonado devorado por los lobos en Cantabria.
Lobos que acechan a los perros de caza
Cuando no lo encontraban, ni durante la batida ni cuando esta culminó, se temieron lo peor. El collar GPS emitía señal desde un único punto. El perro no se movía. Y todos sabían cuál podría ser la razón. Porque, como nos dice Salvador, este año ya han visto a los lobos en varias ocasiones mientras batían en monte buscando jabalíes. “No se han conseguido vídeos de esos lobos en las batidas, pero sí los tenemos de cazadores de pluma que van a la becada y los lobos acechan a sus perros”.
El propio cazador cántabro, de 47 años, ha visto a los depredadores varias veces: “En Burgos, en el Valle de Sedano, en las cacerías de este año los han visto ya tres veces”. De hecho, en Asturias, que se haya hecho público, ya es el tercer perro al que devoran los lobos. El cazador nos remite a los montes de Potes, donde han perdido a dos sabuesos víctimas del mismo final.
Y a los ganaderos
Cabras, ovejas, potros, terneros… Salvador pone ejemplos de ataques a cualquiera de las especies de ganado doméstico criado en el norte peninsular. “Hace poco, donde vivo, cerca de Laredo, un niño llegó corriendo a casa horrorizado por haber presenciado cómo los lobos mataban a dos cabras de las que crían sus padres”.
Un problema que le quita el sueño a los cazadores y a los profesionales de la ganadería de las zonas loberas, cada vez más gracias a la estricta protección del depredador que se firmó en Madrid y que no atiende a las consecuencias que está conllevando.