De caza tras perdices salvajes con pachones navarros en un terreno muy exigente
La palabra más repetida al describir la jornada perdicera en un coto de Zaragoza es «difícil».
Así introduce la grabación efectuada durante una reciente jornada de caza en un coto que no conocía al que le habían invitado a intentar poner a tiro a las bravas perdices rojas aragonesas.
-“Aceptando la invitación de Iñaki, un experimentado perdicero, viajamos hasta un bonito y difícil entorno donde la perdiz salvaje lo pondrá muy complicado. Libraremos una dura batalla en un coto nuevo donde desconozco bandos y querencias. Aun así, el buen trabajo de los perros nos concedió un puñado de buenas ocasiones.
Un lance ante dos perdices que pone el broche de oro a la jornada
Las perdices no lo han puesto fácil y han obligado a los perros a seguirlas durante horas. Finalmente, una ladera rodeada de barbechos se convierte en el entorno ideal para conseguir acercarse a ellas. Los perros trabajan los rastros y las van recortando distancia mientras que el cazador se coloca en un lugar que, a la postre, le llevaría a poder acometer un lance ante dos ejemplares que arrancan en vuelo a distancia de disparo. El primero de ellos requiere dos cartuchos para derribarlo, mientras que el segundo vuela para taparse enseguida con el terreno, pero Javier es más rápido y logra alcanzarle con el último disparo que tiene en su escopeta semiautomática.