Un perro de rastro monta una liebre en celo
El periodo receptivo de la especie es tan intenso que la rabona no opone resistencia a ser montada por el can.
El vídeo que estamos a punto de presenciar se convierte en uno de los más impactantes de lo que va de año. Los intentos de cópula entre distintas especies nunca dejan de sorprender, sobre todo cuando afecta a animales tan dispares como un perro de caza y una de sus presas: la liebre. Se ha llegado a ver a varios de estos lepóridos copulando con una hembra atropellada y muerta en una carretera o intentando montar a un cachorro de la especie canina.
Una liebre encelada
El conductor de un todo terreno queda perplejo al ver cómo su perro, al ser liberado para capturar a una orejona en un entorno nevado, en vez de atraparla trata de copular con ella. La rabona en ningún momento intenta huir y permanece inmóvil sobre el manto blanco.
La atípica reproducción de la liebre ibérica
Las liebres permanecen en celo prácticamente todo el año. Este ciclo está condicionado por la climatología y la disponibilidad de alimento, aunque la mayoría de los partos se producen en primavera. Las orejonas presentan al menos dos partos anuales, que aumentan a 3 o 4 transcurrido su segundo año de edad fértil. Pasados entre 42 y 44 días, se produce el alumbramiento. Las camadas suelen estar compuestas de 1 a 4 lebratos.
En la liebre ibérica se produce el fenómeno de la partenogénesis. La hembra retiene en su organismo parte del esperma del macho, pudiendo quedar preñada tiempo más tarde del acoplamiento. También se produce la superfetación en la especie, las hembras pueden tener crías en distintos estadios de gestación.