Un cazador cántabro sorprende a un lobo ibérico con un collar GPS en el cuello durmiendo en un prado
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Un cazador cántabro sorprende a un lobo ibérico con un collar GPS en el cuello durmiendo en un prado

Al traillero no le asombra el hecho de ver a un lobo, ha visto más de medio centenar en su vida. Le parece relevante la mansedumbre y la ausencia de instinto de conservación del depredador radiomarcado.


Según el último censo poblacional de la especie en Cantabria, realizado por una empresa externa, recomendado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el número de ejemplares en la comunidad se ha incrementado en un 92% en la última década. Cantabria cuenta con 23 manadas, en su mayoría compartidas con Castilla y León y Asturias. La Consejería de Desarrollo Rural registró entre enero y junio de 2024 1.568 ataques de lobos. Con un resultado de 1.858 reses muertas.

Los lobos están perdiendo el instinto salvaje

David Bares, un cazador de Cantabria, no ha tenido que esmerarse mucho para móvil en mano aproximarse a un lobo ibérico en libertad en el Parque Natural Saja-Besaya, zona protegida de mayor extensión de la Comunidad Autónoma, ocupando una superficie de 24.500 hectáreas. El depredador no se ha percatado de la presencia del cazador hasta que este se encontraba a escasa distancia de él.

El cazador cántabro sorprende a un lobo ibérico con un collar GPS en el cuello durmiendo en un prado.

Según el cántabro, el incremento en el número de lobos no solo está afectando a la ganadería, también está poniendo en peligro el equilibrio del ecosistema. Cada vez se ven menos rayones. Las hembras supervivientes buscan refugio en las cercanías de los núcleos urbanos. En el monte solo quedan grandes machos. Para colmo de males, cuando tratamos de salir al campo los depredadores matan y devoran nuestros perros.

El radiomarcaje de los lobos no protege al ganado

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio van a marcar un centenar de lobos en Castilla y León. Al parecer este proyecto pretende conocer los hábitos alimenticios de los lobos, así como su reacción a los sistemas de protección del ganado para evitar los ataques. Los responsables del plan aseguran que servirá para prevenir bajas en la cabaña ganadera. Opinión que no comparten prestigiosos biólogos ni la mayoría de los ganaderos de la zona.

 


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