Una valiente liebre nada para intentar dejar atrás a los galgos que la persiguen
Pocas veces vemos que la carrera de persecución del galgo tras la liebre acaba con perros y rabona nadando en el agua. Estas imágenes resultan impactantes, no solo por lo que sucede, sino por cómo termina todo.
Se estima que esta raza de perros lebreles originaria de Oriente Medio puede desplegar una velocidad de hasta 70 km/h. Esto supone una rapidez en carrera muy similar a la que desarrolla la liebre. Lo que no se ha medido es cuál de las dos especies es capaz de nadar más rápido. Ni el saluki ni la rabona son animales cuya fisionomía haya evolucionado para destacar en sus cualidades natatorias. Al contrario, la liebre solo se lanza a un medio inundado cuando no le queda más remedio, en situaciones desesperadas en las que un depredador o los perros especialistas en perseguirla y atraparla están a punto de conseguirlo.
Liebres que terminan lanzándose al agua
Lo hemos visto en circunstancias similares antes. El instinto de supervivencia lleva a la liebre lanzarse al agua y atravesar zonas empantanadas. Esto ayuda a la hora de diluir su pista ante el olfato de depredadores o perros rastreadores o a despistar o dejar atrás a los lebreles si está siendo perseguida por ellos. Esta escena también la hemos visto cuando la liebre se lanza al agua y los perros la persiguen.
Demasiados lebreles para una sola liebre
Al contrario de la tradición que lleva a los galgueros de España a soltar uno o, como mucho, dos galgos para perseguir a las lepóridas, en otros países, como es el caso que nos ocupa, se suelen emplear más ejemplares para asegurar la captura de la presa. Esto es muy criticado por los apasionados a la caza de la especie emblemática de nuestra fauna ibérica, que anteponen las opciones de escape del animal y disfrutar de una larga y entretenida carrera a la captura de la misma.
Pero en estas imágenes esto no es valorado. Al contrario. La liebre, que nada a toda la velocidad que le permiten sus pequeñas patas, avanza por delante de dos perros y consigue llegar a la otra orilla de la pequeña laguna a la que se ha lanzado. El problema es que allí la espera otro galgo que la atrapa fácilmente al estar exhausta y no haber tenido tiempo casi ni de pisar tierra firme.
El saluki, un lebrel antiguo muy cazador
El saluki es un lebrel que también es llamado galgo persa o perro real de Egipto. Muchos la posicionan como la más antigua casta conocida de perro domesticado y el más añejo de los lebreles. Su manto es de pelo corto, más largo y abundante en las orejas. Su pecho es profundo y moderadamente ancho. Es uno de los lebreles más rápidos y resistentes y, además de para cazar liebres, ha sido empleado tradicionalmente para perseguir y atrapar otros animales de mayor tamaño, como alguna especie de gacela.