El MAPA y el MITECO se sitúan del lado de la ciencia en su oposición a la moratoria de la codorniz
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) se sitúan al lado de los datos científicos en su oposición a la propuesta de una posible moratoria sobre la codorniz, una posición anunciada durante la jornada sobre aves migratorias organizada por Fundación Artemisan, Mutuasport y la Real Federación Española de Caza el pasado miércoles en Madrid.
De hecho, el actual grupo de trabajo sobre aves cinegéticas en estado inseguro (Taskforce) ha determinado que la codorniz es una especie “caso 3”, en la que la supervivencia y la caza no juegan un papel crítico en su dinámica poblacional. Por ello, ha recomendado el desarrollo de un plan de caza adaptativo para la especie a partir de 2025, pero no una moratoria.
Ante el planteamiento dentro del Comité NADEG de estudiar esta medida, ambos ministerios se han mostrado contrarios, al no responder a las recomendaciones del Taskforce y, por principio de precaución, al no tratarse de una especie amenazada. Defienden la necesidad del desarrollo de un plan de caza adaptativo para tener mayor conocimiento de la especie y, en base a sus conclusiones, estudiar si hay que tomar medidas. Una postura que también defienden países como Francia, Italia y Portugal.
El Proyecto Coturnix y su impacto
Uno de los principales motivos que apoya esta postura son los datos obtenidos por el proyecto Coturnix, desarrollado por Mutuasport, Fundación Artemisan y la Real Federación Española de Caza, uno de los mayores estudios sobre codorniz del país. En él participan más de 5.000 cazadores voluntarios que censan la especie cada año y aportan muestras biológicas que permiten su estudio pormenorizado.
A todo ello se suma, y esto es lo más relevante, la puesta en marcha, en el marco de este proyecto, de un método específico de seguimiento de la especie de la mano de expertos: el método SEC, desarrollado por la Universidad de Barcelona. Este método ha supuesto un antes y un después en el estudio de la codorniz que, por su etología, es muy difícil de monitorizar a través de los métodos utilizados hasta ahora.
Y es que está demostrado que los métodos de monitorización pasivos, como el SACRE de SEO/BirdLife, que se venían utilizando hasta ahora en la toma de decisiones de gestión, infravaloran la presencia y abundancia de la especie. Ahora, con la puesta en marcha de este método específico, se están obteniendo datos mucho más fiables, como los recogidos que respaldan la decisión tomada por ambos ministerios.
Además de las limitaciones propias de los censos pasivos, el método SACRE no tiene en cuenta cuestiones de gran importancia para el seguimiento de la codorniz, como la disponibilidad de hábitat, ya que realiza dos censos casi siempre en las mismas fechas sin tener en cuenta la disponibilidad de cultivo marcada por la meteorología. Esto sí es considerado por el proyecto Coturnix.
Gracias a Coturnix, se ha demostrado que hay un efecto del sistema de producción regadío-secano, así como de la altitud, que afectan a la duración del periodo reproductor de la codorniz y a la estimación de la densidad. Esto no es tenido en cuenta por el método SACRE, lo que lo convierte en poco eficaz para estimar la tendencia poblacional de la codorniz.
En este sentido, gracias al proyecto Coturnix, se ha demostrado que la especie se mantiene estable en los últimos años y que produce excedentes en todas las bioregiones de estudio, lo que garantiza la sostenibilidad de su caza.
De hecho, y como coincidieron los mayores expertos en codorniz reunidos en la jornada sobre aves migratorias celebrada el martes, los datos aportados por los cazadores son imprescindibles para el estudio de esta especie. Por ello, su caza no solo es sostenible, sino que aporta una información imprescindible para su seguimiento.