El árbol que congrega a los zorzales reales
Suena el canto del zorzal y a la llamada acuden numerosos ejemplares que se posan en las ramas de varios árboles jóvenes.
Los zorzales reales suelen moverse en bandos de muchos ejemplares. Y resulta sencillo reconocerlos por la algarabía que forman sus cantos, que muchos definen como gritos que suenan a “chac-chac”, aunque se reúnen con los ejemplares dispersos con el característico y agudísimo “uic”. Y cuando lo podemos ver a corta distancia, lo distinguimos fácilmente al comprobar ese color gris azulado en su cabeza y obispillo. Su longitud suele alcanzar los 25 centímetros y se alimenta de frutos silvestres, bayas, insectos en épocas de carestía de aquellos, así como lombrices y caracoles.
Una trampa para los zorzales reales
A pesar de que se trata de una escena bucólica en la que podemos disfrutar de la belleza de las reuniones de estos túrdidos, la realidad que encierra este vídeo es mucho menos idealizada. Quienes graban son los responsables de una empresa de caza de zorzales ubicada en Rumanía. En sus perfiles de redes sociales encontramos secuencias en los mismos árboles en los que disparan a las aves una vez se han posado en sus ramas tras haber sido atraídos por los reclamos electrónicos que reproducen cantos de ejemplares de la misma especie. Una forma de abatir a los pájaros totalmente prohibida en nuestro país y que los verdaderos cazadores zorzaleros repudian.