Caza un jabalí de 103 kilos con perros de rastro tras más de cuatro horas siguiendo su pista
Una joven cazadora narra cómo su equipo de siete perros de la raza grifón astur-cántabro hicieron posible que abatiera este formidable cochino con 18 centímetros de colmillo.
Lo que para la cazadora era un día de fiesta, se convirtió en una fecha amarga. La mañana después de la cacería apareció sin vida Wild, el perro más veterano de la perrera. El animal no mostraba señales de haber sido herido por el jabalí. La traillera desea dedicar la caza de este macho a su guerrero caído.
Cazadora de becadas con setter inglés y montera
Noelia Infante, es una cazadora nacida en Vargas, localidad de Puente Viesgo. La cazadora comparte su pasión por la caza de la sorda con la del jabalí con perros de rastro. Se inició en la actividad cinegética con 16 años de la mano de un familiar. Tuvo que esperar una década para obtener el permiso de armas. Hace un año, gracias a su pareja, se aficionó al trabajo con perros de rastro.
Caza extrema de jabalíes con perros de rastro
La cazadora realiza la crónica de la jornada en la que se abatió este enorme cochino.
-"A finales de septiembre participamos en una cacería en Vargas. A las 8:30 horas acudimos a la iglesia del pueblo, lugar en el que se habían citado los participantes de la batida. Fuimos los primeros en entrar en la mancha para buscar rastros de jabalíes con la ayuda de nuestros perros. Entraron en escena los canes más veteranos. En esta cacería llevamos a Wild, Trico, Chuspi, Sabino, Fran, Eon y Chat. Tuvimos que esperar una hora para encontrar los rastros. Las lluvias caídas no ponían fácil la labor de los perros".
Los perros siguen más de 15 kilómetros el rastro del jabalí
"Al inspeccionar las huellas que había dejado el cochino en el barro, comprobamos que se trataba de un macho solitario. Pese a las adversas condiciones, tras una hora de caza, Wild, Trico y Chuspi nos llevan hasta el lugar de encame del cochino. Las ladras de los canes eran la muestra inequívoca de que ahí estaba el jabalí. Como una exhalación salta el cochino de la cama. Tras su pista se marchan los tres perros junto a los canes más jóvenes del equipo, que acabamos de liberar.
Avisamos a los puestos de la huida del suido. Cuando está próximo a uno de ellos cambia de dirección para volver sobre sus pasos. Nos pasa a menos de 20 metros, pero no logramos verlo. Se dirige a una zona rocosa de difícil acceso. Pese a ello los perros siguen su pista. Dos horas más tarde, cuando ya lo dábamos todo por perdido, el macareno vuelve a entrar en la mancha".
"Los perros, y no yo, son los protagonistas de este lance"
"Avisamos a los cazadores apostados sobre lo sucedido, pero el macho pasa frente a tres posturas sin que pueda ser detectado. Se encamina hacia el punto donde lo levantamos horas antes. Nuestros conocimientos del terreno y de las costumbres de los jabalíes nos llevan a esperarlo en la misma vereda por la que escapó al inicio de la cacería. Después de 4 horas y media de persecución, abato al navajero de un disparo de mi rifle semiautomático del calibre 30-06. Minutos después, llegan al sitio donde yace sin vida el macho, Wild, Trico y Chuspi, seguidos de Sabino, Eon, Fran y Chato".