Un patio de luces de Galicia congrega multitud de golondrinas para pasar allí la noche
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Un patio de luces de Galicia congrega multitud de golondrinas para pasar allí la noche

El tendedero interior de un edificio de Ferrol, en la provincia de A Coruña, se convierte cada año en un verdadero espectáculo protagonizado por un ave migratoria que, además, es uno de nuestros más valiosos aliados contra los mosquitos.


Asomarse a la ventana y disfrutar de una multitudinaria reunión de golondrinas. Este es el privilegio de una comunidad de vecinos gallegos que cada año por estas fechas acoge a decenas, cientos de ejemplares de golondrina que pasan la noche en las cuerdas de los tendales de ropa.

La golondrina nos visita cada año con el objetivo de criar. Esto las trae durante el mes de febrero y se quedarán hasta que los últimos ejemplares partan a sus cuarteles de invierno durante el mes de noviembre.

¿Cuándo llegan las golondrinas a España?

Los estudios poblacionales han detectado una llegada cada vez más temprana de estas aves migratorias a nuestro país. Las referencias que tenemos del siglo pasado, concretamente de la década de los años 60, indican que la fecha media de llegada de las golondrinas a la península estaba en torno al 30 de marzo. En los últimos años se ha constatado que acuden al menos 15 días antes. Para conseguirlo, atraviesan zonas marinas, aunque muchas de ellas acortan estas travesías para cruzar el Mediterráneo por la zona del Estrecho de Gibraltar. Tras conseguirlo, un alto porcentaje continúa su viaje hacia países más al norte para establecerse allí durante la época de cría y los meses más calurosos del año.

 

Concentraciones de aves en época premigratoria

Se han constatado estas reuniones en las que cientos y hasta miles de aves de esta especie se concentran durante sus trayectos de migración, fundamentalmente cuando ha concluido el proceso reproductivo. Sobre todo, lo hacen en las masas de vegetación en humedales en los que encuentran alimento y un lugar adecuado para descansar.

Si bien, el viaje migratorio de vuelta para recorrer los 5.000 kilómetros que las separan de sus bases invernales en África prefieren realizarlo en grupo, Para ello, cuando el verano comienza a dejar paso al otoño, estas concentraciones se hacen más comunes. Sobre todo, como apuntamos, para pasar la noche en lugares cómodos que las permiten reemprender el vuelo con facilidad. Y los tendederos interiores de grandes edificios, además de esto, se convierten en tranquilos dormideros.

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