Esto es lo que hace un zorro cuando le siguen la pista los perros de rastro
Uno de los animales que mayor astucia demuestran a la hora de adaptarse a cualquier situación. Son ágiles, escurridizos, en alerta constante. Aquí vemos cómo actúa un zorro ante el acoso de los perros de caza.
Estamos ante un animal que, al contrario de otros cánidos salvajes como el lobo, no suele moverse en manada. Su estructura social es de las más simples de entre los depredadores ibéricos. Sus costumbres solitarias les llevan incluso a evitar a otros congéneres a no ser que comience la época de celo. Cuando forman parejas reproductoras, el macho será el encargado de aprovisionar a la hembra durante las primeras semanas tras el parto. Sobre todo, en áreas en las que los recursos alimenticios son escasos.
Al contrario, en lugares donde la caza y la carroña es abundante se han observado grupos más amplios que la mera pareja, con ejemplares adultos subordinados a esta. Sobre todo, crías de un año que aún no han sido forzadas a dejar la familia o hembras que han perdido el estatus de reproductora dominante, pero se le permite continuar perteneciendo al grupo.
Sigilo y prudencia, las armas del zorro para escapar
Esto significa que, allí donde no hay caza para repartir, cazan solos, además de que se enfrentan a sus posibles depredadores y a los cazadores sin la ayuda de otros ejemplares. Es lo que vemos en las siguientes imágenes, en las que un raposo avanza sigilosamente por el bosque y se asoma por detrás de un árbol. Está analizando la situación, ya que las ladras de los perros de rastro suenan cada vez más cerca. Esto significa que se aproximan. Unos segundos después, el zorro decide huir a toda prisa. No hay tiempo que perder e intentará poner tierra de por medio entre su ubicación y esas ladras que resuenan a pocas decenas de metros.