La reacción de un perro de caza cuando el cazador quita el seguro de su escopeta
Hay miradas que hablan por sí solas. Y la de este perro resulta muy descriptiva. La tensión del momento se funde con la pasión desbordada de un can que espera el momento del lance.
Los perros que más rápido y mejor aprenden son capaces de relacionar causas con consecuencias. Una de las más comunes es la que estamos a punto de presenciar. Pero, además, podemos resaltar otras muchas que se consiguen después de un adiestramiento completo y algunas de la propia experiencia y capacidad de observación de los canes. Por ejemplo, si permanecemos atentos en el puesto de caza y nos agachamos u ocultamos ante el acercamiento de un ave, el can terminará aprendiendo que ese gesto precede al disparo.
Pero se puede ser mucho más sutil, y el simple hecho de quitar el seguro de la escopeta y ese ‘clic’ tan característico será tomado en cuenta por nuestro compañero como la antesala del inminente lance.
El boykin spaniel, una raza desarrollada en Estados Unidos
Estamos ante la mascota oficial de un estado norteamericano. El boykin spaniel es la raza que adoran los habitantes de Carolina del Sur, donde ha nacido y se ha desarrollado como perro de caza criado para acompañar a sus propietarios para localizar, levantar y cobrar aves, tanto en tierra como especies acuáticas en entornos inundados.
Se trata de perros de tipo spaniel, de talla mediana y un peso que oscila entre los 13,5 kilos de las hembras más pequeñas y los 18 de media de los machos. Su altura a la cruz, es decir, hasta la parte alta del hombro, sin contar el cuello ni la cabeza, oscila entre 35 y 43 centímetros. El manto de pelo que cubre su cuerpo puede ser liso o moderadamente rizado, como sucede en el ejemplar que protagoniza el vídeo que acabamos de ver, y su coloración es marrón, con cualquier tono, aunque se le suele describir como hígado o chocolate.
Foto: Chris Midgette
¿Cuál fue el origen de la raza?
Pero si buscamos el origen exacto de la raza no tendremos éxito. Nadie conoce qué perros intervinieron en el cruce original del primer boykin. Solo conocemos una historia de comienzos del siglo XX cuando un pequeño perro marrón se acercó a Alexander White y este decidió llevárselo a casa, comprobando poco después que al can le encantaba recuperar caza abatida. Ese perro callejero recibió el nombre de Dumpy. Los compañeros de White cruzaron al perro con los que ellos llevaban a cazar, que eran de razas y cruces diversos. Aquellos caóticos cruces supusieron el comienzo de los que hoy conocemos como el boykin spaniel. Por documentos que han trascendido, conocemos que algunas de aquellas razas que contribuyeron en los inicios fueron el retriever de la bahía de Chesapeake, el cocker spaniel o el spaniel de agua americano.
Foto: Chris Midgette
Un perro de caza muy útil
Se repite una y otra vez el slogan que define una de las cualidades más apreciadas de estos perros: “el perro que no levanta olas”, refiriéndose a su pequeño tamaño y su desempeño a la hora de cobrar anátidas abatidas y su idoneidad al llevarlo en una pequeña canoa. El típico perro cobrador, de mayor tamaño, se convertía en un inconveniente a la hora de subir todo a las embarcaciones, incluso a los coches y a los barcos en los que los cazadores se desplazaban hasta los cazaderos en los ríos.
Cachorro de boykin spaniel. Foto: www.boykinspaniel.org
Además de en el cobro de acuáticas, son utilizados en jornadas de caza de pavos, para dispersar a las bandadas y que el cazador pueda reclamar al macho dominante, y para la detección de faisanes, urogallos y codornices. En la Boykin Spaniel Society norteamericana lo describen como “un perro de caza con probadas habilidades para recuperar y levantar presas, caracterizado por un entusiasmo y una resistencia ilimitados, una velocidad y una agilidad moderadas. Su inteligencia y su gran deseo de complacer hacen que el boykin sea fácil de adiestrar. Es un buen nadador, se adapta al agua con facilidad y es valioso tanto para recuperar presas en el agua como en el campo”.