Un cazador indulta a un conejo encamado en el tronco de un olivo centenario
El instinto de supervivencia del animal le ha salvado la vida. Se ha subido a más de dos metros de altura para pasar desapercibido al fino olfato de los canes.
El cazador, pese a que el conejo ha sido descubierto por sus perros de muestra, ha decidido no intentar su abate. Cazar y respetar es la ética de la caza. El cazador que protagoniza este lance no dudó hace escasas fechas en compartir con los usuarios de Club de Caza sus yerros en las primeras jornadas de caza a conejos con perros de la temporada en Andalucía. Su objetivo es mostrar a aquellos que desconocen la realidad del sector cinegético que el éxito de un día de caza no se mide por el número de piezas que llenan el morral.
Perros especialistas en la caza de altura
Paco de los Majadales y Greco del Cancho de los Brezos, los perros de caza de nuestro colaborador habitual Juan López, se han habituado a la caza de conejos en los olivos. En Bailén, localidad de la provincia de Jaén, lugar donde caza habitualmente el jiennense, los lagomorfos se refugian en las oquedades y en las ramas de los olivos ante la ausencia de vegetación. Los perros de muestra de Juan no son los únicos que se han especializado en este tipo de caza.
En esta ocasión, Baco y Greco han descubierto un conejo oculto en el punto más alto del tronco de un olivo. A pesar de que el cazador puede capturarlo simplemente estirando la mano, decide indultarlo.