La viral limpieza de una escopeta: a manguerazos por dentro y por fuera
Cepillos, brochetas de madera, baquetas, trapos absorbentes, aceites… Nada de esto le hace falta a este individuo a la hora de efectuar la limpieza de su arma. Se coloca delante de la cámara y abre el grifo de la manguera para empapar de agua cada parte de la escopeta.
Las armas de caza están fabricadas para ser utilizadas en el exterior y en cualquier condición climática. No se malogran si mientras estamos en el campo, monte o montaña comienza a llover y se empapan. Pero lo que sí resulta imprescindible es limpiarlas y secarlas cuanto antes si esto sucede.
Partes exteriores, maderas y metálicas
Las partes metálicas o las maderas están recubiertas por tratamientos y productos protectores. Por ejemplo, las maderas suelen estar barnizadas o acabadas al aceite. Pero esas capas protectoras no cuentan con una vida eterna. Las partes metálicas pueden llevar aplicados pavonados o recubrimientos cerámicos como el cerakote o el Teknan Blue, basado en la nanocerámica. Estos tratamientos se convierten en barreras protectoras de las partes exteriores del arma. Pero no por ello debemos olvidarlas cuando limpiamos y sequemos el arma. Aunque lo que debe preocupar a ese inconsciente del vídeo son las partes internas, los mecanismos que llevan a funcionar a la escopeta semiautomática que está lavando con agua.
Cuando un arma se moja, resulta esencial desmontar todas sus piezas y proceder a una escrupulosa limpieza y posterior secado de cada una de ellas con un trapo absorvente. Con ello evitamos la temida oxidación producida al guardarla húmeda. Así que imagina lo que puede suceder después de usar una manguera para ‘limpiarla’.
Moja hasta los cartuchos
No se molesta ni en retirar la munición de la canana que lleva en la culata. También la empapa con el agua. Alguien debería explicarle que mojar los cartuchos llevará a sus partes metálicas a iniciar un proceso de oxidación. Además, si la humedad o condensación alcanza a la pólvora, cuando se seque quedará apelmazada, provocando alteraciones de presión muy peligrosas.
Cómo limpiar y mantener nuestras armas de caza
Ya nos lo dejaba bien claro Excopesa en una entrada específica sobre este tema en su blog: “El agua y la humedad, el mayor enemigo de tus armas”. En ella, advierte que “La forma más sencilla y habitual de destrozar un arma, sea barata o muy cara, es la de descuidar el secado y acondicionamiento del rifle tras una día con lluvia, nieve o mucha humedad. Errores o descuidos más que usuales y que surgen al guardar sin secar bien el rifle o meterlo húmedo en la funda”.
Y explica cómo proceder a la limpieza y mantenimiento de la misma en un interesante vídeo.